Se acabó la paciencia en el Estadio Nacional. En los últimos minutos del amargo empate sin goles entre Chile y Ecuador, que dejó a la Roja prácticamente sin chances de pelear la clasificación al Mundial 2026, el público apuntó todos los dardos a un protagonista: Ricardo Gareca.
“Gareca ya se va” cantaron los hinchas que llegaron hasta el recinto de Ñuñoa con la ilusión de conseguir un triunfo que alimentara la esperanza, pero que volvieron a ver los mismos pecados que ha mostrado el entrenador a lo largo de su proceso.
Esquema rígido, falta de audacia y sorpresa, y cambios tardíos, son parte de los cuestionamientos de la Marea Roja al desempeño del DT argentino, que tras el partido reiteró que buscará seguir al frente de la Selección y terminar las eliminatorias con la Roja.
“Yo tengo toda la energía y no me gustaría dejar el cargo”, expresó Gareca, aunque reconoció que “entiendo las manifestaciones de los hinchas” que piden su cabeza ante la falta de resultados.
Sin embargo, el adiestrador se mostró abierto a conversar con Pablo Milad para llegar a un acuerdo y de un paso al costado, de cara a los complicados duelos que tiene que enfrentar Chile en el futuro próximo.
