Estudio de la USS aborda el complejo escenario previsional de los trabajadores independientes y sugiere incentivos para el ahorro
Más allá del debate sobre el proyecto que permite el retiro del 10% de los fondos de las AFP en medio de la pandemia, la investigación de la USS analizó qué factores influyen en que un trabajador por cuenta propia no cotice y en qué políticas públicas impulsar ante el difícil escenario que enfrentan los independientes con miras a su vejez.
En el marco de la crisis económica desatada por el coronavirus, mucho se ha discutido acerca de cuáles son las mejores formas de apoyar a los trabajadores por cuenta propia. Y en esa línea, por ejemplo, a fines de junio se comenzó a entregar, a aquellos trabajadores independientes que emiten boletas de honorarios, un beneficio que busca cubrir hasta un 70% de la caída de sus ingresos (por concepto de boletas) en este período, con un tope de $650.000 mensuales.
Pero, ¿qué características en común tienen los trabajadores independientes y cómo cotizan para enfrentar su vejez? Según un estudio de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad San Sebastián (USS), un 58% de los trabajadores por cuenta propia son hombres y un 42% mujeres, con una edad promedio de 48 años y un ingreso mensual cercano a los $365.000. Además, un 44% proviene de la Región Metropolitana y cuentan con una escolaridad promedio de 11 años.
De igual manera, este análisis, -que se basa en los datos de la CASEN 2017-, indica que un 33,7% de los independientes trabaja en el rubro del comercio, precisamente uno de los afectados por esta pandemia. Y es que, por ejemplo, el comercio minorista registró una caída de un 50% durante las tres primeras semanas de mayo, según afirmó el ministro de Economía, Lucas Palacios.
En tanto, un 10,4% se desempeña en el sector de la manufactura; 10,1% en construcción; y 8,5% en transporte y almacenamiento, al igual que en agricultura (8,5%).
Factores determinantes e incentivos
De acuerdo a este estudio, y al menos hasta 2017, un 70% de los trabajadores por cuenta propia no cotizaba en el sistema previsional.
Cabe recordar que, a partir de 2019, se estableció la obligación de cotizar por parte de aquellos trabajadores independientes que emiten boletas de honorarios, pero por un monto bruto igual o superior a $1.505.000 mensuales.
Así, y más allá del debate sobre el proyecto que permite el retiro del 10% de los fondos de las AFP en medio de la pandemia, ¿qué factores influyen en que un trabajador por cuenta propia no cotice? ¿qué políticas públicas impulsar ante el difícil escenario que enfrentan los independientes con miras a su vejez?
La investigación de la USS indagó precisamente en las circunstancias que incidirían en que un trabajador por cuenta propia no cotice en el sistema previsional, asociándose estos principalmente a características sociodemográficas, posesión de bienes, desigualdad comunal y cualidades del entorno en el que están insertos.
“Aparecieron varios aspectos, tales como la edad, el sector socioeconómico y algunas variables de ingreso que eran bien obvias. No obstante, también creamos algunas variables que estaban pensadas en esta presión del consumo y cómo se comportan las personas en la sociedad”, explicó a EL DÍNAMO Francisco Aravena, economista y académico de la USS, quien además fue uno de los investigadores de este estudio.
Específicamente, una de esas nuevas variables fue el índice de desigualdad comunal, a través del cual se demostró que en “aquellas comunas que tenían un mayor nivel de desigualdad, disminuía la probabilidad de que las personas cotizaran”, detalló Aravena.
Asimismo, y con respecto al entorno, se ratificó que si el círculo familiar o cercano del trabajador independiente tiende a ahorrar en materia previsional, resulta más probable que este último opte igualmente por hacerlo.
Finalmente, el estudio también reveló la necesidad de contar con incentivos eficientes que motiven a los trabajadores independientes a ahorrar en materia previsional.
“Dentro de las principales conclusiones está el uso de incentivos eficientes para que los trabajadores por cuenta propia ahorren. Por ejemplo, hay países que tienen incentivos relacionados con ciertos beneficios públicos. Entonces, quizás desde el Gobierno, y en relación a las personas que no tienen cómo monitorear su ahorro o a los trabajadores informales, podrían darles algún incentivo para el ahorro provisional”, agregó Aravena.