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Actualizado el 26 de Abril de 2023

Jaime Andrade: “Chile está tomado por anarcos y narcos”

El rector exonerado del Liceo Augusto D´Halmar de Ñuñoa, tras lo que llama “un sumario trucho”, levantado por la alcaldesa Emilia Ríos, habla aquí de educación. Sostiene que la falta de inclusión de la que se le acusa es sostenida por jóvenes autoridades que asocian participación a asambleas y “reunionitis”, no tienen “orgánica de trabajo” y sólo se sustentan en consignas. Cosa de ver cómo están los otrora “liceos emblemáticos”, explica.

Por Ximena Torres Cautivo
A mí me parece insólito que estén tratando de destruir al primer liceo municipal de Chile, en vez de igualar al resto con él, y que al ministro no le importe. AGENCIA UNO/ARCHIVO
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Jaime Andrade (78), el sumariado ex director durante 28 años del liceo de excelencia Augusto D´Halmar de Nuñoa, es una rara avis en el panorama nacional docente. Con un método pedagógico de su autoría –el Aprenadeim–, logró durante los últimos seis años quedar entre los establecimientos con mejor resultado en las pruebas de acceso a la universidad.

Y ser el mejor entre los municipales, superando a muchos particulares pagados y ni hablar de los llamados “emblemáticos”, que hoy sólo figuran en el top ten de la violencia.

El “momio comunista”, como lo llaman irónicamente algunos, es hijo de Leopoldo Andrade, un médico especialista en infecciones y enfermedades venéreas y una dueña de casa, de “clase media media”, con una hermana mayor, Ximena, geógrafa de profesión, igual que él, que ha hecho carrera y alcanzado notoriedad en Mozambique.

Jaime Andrade y Justa Zubia (77), su mujer desde hace 53 años, acumulan doctorados, magísteres y licenciaturas. Ambos son profesores de historia y geografía, con mención en economía, además de geógrafos. Pero, desde que volvieron de la desaparecida URSS, donde partieron en 1972, a instancias de su jefe de entonces en la Universidad de Chile, Hernán Ramírez Necochea, se han abocado a la docencia.

–Hernán Ramírez Necochea fue el primer decano de la Universidad de Chile en ser elegido democráticamente. Con él, se inicia la reforma universitaria y fue un maestro con una gran visión: mandar a sus mejores cuadros a completar su formación en el extranjero. Fuimos unos siete u ocho los que partimos a perfeccionarnos a instancias de él. Nosotros, la señora Justa y yo, que entonces estábamos recién casados, partimos a Moscú, donde “nos comimos el golpe de Estado de 1973” y permanecimos tres años y medio ahí.

Da risa que, aunque hace muchos años se desvinculó del comunismo, utilice esa expresión tan leninista: “cuadros”, a cada rato en la conversación. “Es que uno tiene una formación y esas cosas quedan”, explica, risueño, cuando se lo hacemos notar.

De regreso en Chile, el ejercicio de la geografía se les hizo esquivo a ambos. No hubo caso de encontrar pega en ese rubro. “Ahí nos acordamos que teníamos una segunda profesión: la pedagogía en historia y geografía, y, como siempre los profesores son escasos, nadie nos hizo problemas y no nos resultó difícil encontrar trabajo como tales”.

Así se inició emprendimiento pedagógico que desarrollaron juntos desde entonces y que logró notoriedad y reconocimiento… hasta que se encontraron con la joven alcaldesa de Ñuñoa, la militante de Revolución Democrática, Emilia Ríos. A juicio de Jaime Andrade, ella es parte de un grupo político que valora más igualar para abajo que lograr educación de calidad y que son, parafraseando a Jorge Edwards, esclavos de las consignas. Dice:

–El gran error que cometí fue no haberme jubilado hace dos años, cuando pensaba hacerlo. Pero cedí a las peticiones de la comunidad educativa que me pidió que siguiera. Y ahora llegó esta gente que primero me quiso sacar por edad para terminar en una verdadera purga familiar en nuestra contra. Ahora mismo acaban de despedir a la señora Justa Zubia, que es la profesora con mejor currículum académico de toda Nuñoa. Tiene dos doctorados, tres magísteres. Como a mí no me pueden sacar porque tengo fuero sindical, la emprendieron con ella bajo acusaciones de nepotismo. Ni los momios se atrevieron a tanto; todos saben que llevamos 53 años trabajando juntos, que eso funciona y es transparente. Es increíble la audacia de despedir al mejor cuadro técnico de la comuna.

–¿Por qué tanto encono?

–Tienen una visión. Ellos no están para nivelar para arriba; están para igualar. Para quitar patines, diría Nicolás Eyzaguirre. Avance parejo eso es lo que quieren. No sé si esa postura es respetable o no, pero lo que no me parece respetable es impedir la diversidad de propuestas educativas. Así, todos los padres de las comunas más vulnerables están yéndose a la zona oriente a buscar mejores colegios, cuando lo que debería hacerse es desarrollar escuelas técnico-profesionales de alta calidad para que los jóvenes logren buenos empleos. Para mí buscar alta calidad educativa es hacer bien la pega, cumplir con la pega. No es más que eso, por eso no me explico la purga.

“Un sumario trucho”

Jaime Andrade se define como un hombre práctico. No lloró “el desastre del derrumbe del comunismo soviético”, porque al vivirlo personalmente le pareció que era “un mundo muy estrecho. El modelo propuesto no funcionaba allí ni en ninguna otra parte del mundo, no generaba trabajo de calidad. El término de la Unión Soviética representa el triunfo del capitalismo como sistema económico, porque genera desarrollo, pese al individualismo rampante que conlleva. La URSS se hundió no más, se acabó”.

Como militante comunista desde muy joven, dice que su compromiso con el partido siempre fue más bien gremial. “Por eso, no fui perseguido y no me molestaron al volver al país en 1976, salvo un par de veces sin consecuencias.” Como “cuadro” gremial, en 1983, se convirtió en presidente del Colegio de Profesores de Ñuñoa, pero cuando postuló al concurso para director del Liceo Augusto D´Halmar, en 1995, donde era inspector general y logró el puesto por elección popular, abandonó su prácticamente ya inexistente militancia.

De esa formación, además del persistente uso de la palabra “cuadro”, lo que visiblemente le queda es una filosofía muy propia, centrada en el valor del trabajo, que ha aplicado a la pedagogía para mejorar los aprendizajes. Así la explica:

–La receta es simple: tener una meta y un proyecto educativo claro y, sobre todo, hacer la pega todos los días. Yo soy un hombre de rutina y ritmo. Mientras fui director en el Liceo Augusto D´Halmar, mantuve un acto cívico todos los lunes del año escolar. Eso porque no puede haber cultura sin civilidad. En ese encuentro, les preguntaba a los alumnos reunidos y formados en el patio: “¿Quiénes somos?”. Y todos me respondían al unísono, con fuerza y convicción: “Somos el Liceo Augusto D´Halmar”. Y yo volvía a preguntar: “¿Para qué estamos aquí?”. Y ellos respondían con fuerza los tres valores del Liceo que eran conocidos por todos: “Para trabajar, para ser leales y para ser felices”. Punto.

En documento donde se explica el método Aprenadeim, leemos: “En educación se debe hablar de que el aprendizaje es la capacitación para el trabajo. Las tareas del estudiante son la actividad laboral del adulto. Los estudiantes ya deben tener planificación, metas, ritmos, rutinas, sentido valórico, una razón de vida, y un porqué a lo que investigan y estudian”. Y más adelante, precisa: “La modalidad educativa Aprenadeim está concebida hacia la formación de un educando ciudadano autónomo que sepa anticiparse a la problemáticas, desarrollarlas y resolverlas, ejercitarlas y aplicarlas, como también pertrecharse de plus presentes y futuros, de inventiva y creatividad y metas valóricas, éticas y razonables hacia el mejoramiento planetario del siglo 21”.

Ahora, en Mirasol, su refugio de vacaciones, prepara una iniciativa judicial contra lo que considera “un sumario trucho”, donde se le acusa de amañar notas de alumnos con malos resultados académicos para convencer a sus padres de sacarlos del Augusto D´Halmar y no perjudicar los logros del liceo.

–Lo que han hecho perjudica un proceso de 28 años de puro logro ininterrumpido. Yo me quedé hace dos años sólo para preparar cuadros académicos, porque faltaba liderazgo administrativo, pese al alto nivel académico de nuestros profesores. Ese fue mi error –se lamenta.

La generación de las consignas

Formado en el Liceo Lastarria, Jaime Andrade analiza así el descalabro de los establecimientos antes llamados “emblemáticos”. Sostiene:

–Cuando yo estudié, los liceos públicos eran mucho más que los colegios particulares, que solían tener un sello confesional. A los públicos iban personas de alto nivel, integrantes de las capas medias y media altas de la sociedad. Luego vino la reforma, que yo llamo de la olla Marmicoc, en que se masificó la formación de profesores para ampliar la educación a todos. Hoy los liceos emblemáticos están destruidos, divididos en todos sus estamentos: centros de alumnos, centros de padres y apoderados, y profesores. Han perdido su sello y eso es lo peor que puede sucederle a un proyecto educacional.

Lo que más valora de un proyecto académico es el sello. Y eso es la meta, el propósito final. “Las personas, ninguna persona y eso incluye a los estudiantes, no deben conformarse con la planificación, la aplicación y la tarea. Deben agregar la creatividad y la meta. En el Augusto D´Halmar nos guiaban los 17 objetivos de desarrollo sustentable de la Organización de las Naciones Unidas, y a cada uno le poníamos una meta valórica. Ahí están: el término de la desigualdad, la protección del medio ambiente, el trabajo decente… Esos objetivos deben ser el sentido de la tarea diaria”.

–¿Cómo te explicas que haya 227 mil niños, niñas y jóvenes fuera del sistema escolar y que muchos de ellos y muchos padres incluso hoy no valoren el valor promocional de la educación?

–Creo que aplicar el sistema de jornada completa desde sexto básico hacia arriba obligatoria fue un error. Ese sistema debe aplicarse sólo a la educación básica y hay que conseguir que los jóvenes de la media quieran quedarse en la tarde en los liceos, porque hay talleres y programas participativos, atractivos y que son complementarios a los cursos formales de la mañana. En el Augusto D´Halmar tenemos (o teníamos) cincuenta programas participativos, incluyendo los de formación cívica. Nadie sale del liceo sin saber tocar un instrumento musical, sin un buen nivel deportivo, sin bailar cueca espléndidamente. Los alumnos pasan más tiempo en el liceo que en su casa, porque es cálido, inclusivo, estimulante, útil. Hoy en que la mayoría de los hogares de los sectores más vulnerables, son monoparentales, donde hay una madre que debe trabajar y no está en la casa, los jóvenes quedan a su aire. Actualmente, los centros de padres son más bien centros de apoderados, porque no hay mamá y los papás son inexistentes. Los que asisten a las reuniones son los abuelos, hermanos mayores, tíos. En ese contexto, la tarea es conseguir que los jóvenes valoren la vida en su establecimiento educacional, pero eso desgraciadamente no pasa. Están en el barrio, botados y conectados mediante el celular, dependientes de ese aparatito.

El profesor Andrade asegura que él no discrimina a nadie. Afirma que es injusto decir que excluye a los estudiantes con malos resultados académicos. Afirma. “En el caso del Augusto D´Halmar, todos los alumnos tienen la posibilidad de repetir un año y mi responsabilidad es que el niño progrese. Nosotros hemos creado un método educativo de excelencia académica para un colegio masivo y hemos logrado sacar adelante a niños y niñas que llegaban con un muy bajo nivel de aprendizaje. Yo creé la situación obligatoria de repetir un año para nivelarse y luego seguir. El colegio es exigente con los alumnos y con los profesores. Hacer la práctica profesional con nosotros era parte importante de un buen currículum para cualquier egresado de pedagogía. Pero esta gente de la municipalidad por razones ideológicas se confabuló con la alcaldesa e hicieron un montaje en mi contra”.

–¿Por qué querrían hacerlo?

–Simplemente, por inexperiencia, ambición de poder, apresuramiento, ignorancia. Me acusan de no ser inclusivo, porque juegan con conceptos ideológicos y consignas. La idea de participación a través de protestas cada vez más violentas, se les fue de las manos. Hoy Chile está tomado por los anarcos y los narcos, gracias a esa idea de participación asociada exclusivamente a las asambleas y a “la reunionitis”. Estos jóvenes que están hoy en el poder son activistas, no conocen el mundo del hacer. Les falta orgánica de trabajo. Estamos rodeados de activistas que profieren consignas: feminismo, inclusión, paritarismo, y de ahí no salen. Lo que vemos hoy en la comuna de Ñuñoa es eso: ambición de poder y consignas. A mí me culpan de formar estudiantes para la educación, cuando lo que formamos son personas para la vida. Gente diversa, como Johnny Herrera, el Matador Salas, Myriam Hernández, que son ex alumnos del Augusto D´Halmar. Nosotros siempre tuvimos una mirada de participación activa. No de discursos. De hacer mucho y hablar menos.

–¿Has conversado con el ministro de Educación? ¿Nunca te llamó para saber qué pasa en el Augusto D´Halmar?

–Cuando recién lo nombraron, hubo un acercamiento desde el ministerio. Yo dije que estaba a su disposición para aportar en lo que necesitaran. Pero nunca más me llamó. A mí me parece insólito que estén tratando de destruir al primer liceo municipal de Chile, en vez de igualar al resto con él, y que al ministro no le importe.

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