Las 10 canciones de medianoche de Federico Krampack
Federico es el seudónimo de Felipe Yévenes, comunicador audiovisual, escritor y DJ. Edita desde Concepción el fanzine "Planeta Z", mezcla de cultura pop, crítica social y poesía emergente.
Ya ha publicado “La fruta y los cuerpos”, relato seleccionado por la revista argentina Ñ en su libro ‘Autores cosecha 2009’. También “La nación que no miente”, con el cual ganó el primer lugar del concurso ‘Bicentenario de Cuento & Poesía’ y “Las reinas sin corona” para la editorial Animita Cartonera. Ésta es su selección nocturna.
1- Bullet With Butterfly Wings (The Smashing Pumpkins)
Cántico religioso. Todo el disco ‘Mellon Collie & The Infinite Sadness’ me lo sé de memoria, y cuando uno tiene 14 años en un colegio ultracatólico represor, incongruente y homofóbico, las canciones de los Pumpkins eran el manantial ideal para escupirlo todo. Billy Corgan empieza de inmediato: ‘The world is a vampire’. Y además dice: ‘I am still just a rat in a cage’. Siempre me sentí como la rata atrapada en la jaula. Hasta el día de hoy tengo esa impresión, aunque he aprendido a salir y a burlarme todo el tiempo.
2- Walk On The Wild Side (Lou Reed)
Una oda perfecta a la soledad y al existencialismo. Una oda a todo el microcosmos de inadaptados que trabajaban con Andy Warhol. Cuando vi ‘Las Edades de Lulú’, de Bigas Luna, sonaba este tema y hasta años después, no me percaté de que era de Lou Reed. Tengo la misma sensación cada vez que la escucho: relajo al saber que no estoy solo en ese paisaje desolador. Siempre dando un paseo por el lado salvaje, he encontrado alivio.
3- Life On Mars? (David Bowie)
Mis noches no tienen razón de ser si no escucho, como mínimo, una canción del Duque. Si suena esta canción en particular, todo se me resume en unas cuantas lágrimas. Y mucha inspiración. De creer que hay vida no sólo en Marte, sino también acá en la Tierra (si es que queda).
4- Lonesome Town (Ricky Nelson)
El espíritu de la gomina, el rockabilly, el sueño occidental-europeo resquebrajado y sostenido por sus jovencitos pulcros e inocentes. ‘Hay un lugar donde los amantes van a llorar sus problemas / Donde los corazones rotos se quedan / Puedes comprar un sueño o dos / Y el único precio que pagarás será un corazón lleno de lágrimas’. Ricky Nelson le canta al desastre y a las almas solitarias en busca de paz interior en contraste con lo aterrador del contexto ‘país fascista’, ‘familia conservadora’, etc. Totalmente hermoso y atemporal.
5- I Don’t Mind (Buzzcocks)
Cuando vinieron al Teatro Novedades, estaba en primera fila y fue una experiencia orgiástica, flora y fauna de punk rock. Cuando escucho este tema, todo fluye a la hora de escribir ‘desde las entrañas’. Y como reza el título, ‘no me importa’. No me importa mucho ‘como quede’ el párrafo o la línea, lo que me importa es excretarlo del organismo, de la mente, al primer impulso.
6- La Vida Sigue Igual (Sandro)
Hay que tomarlo literalmente. ‘El tiempo y el destino me han golpeado sin cesar, más yo sigo adelante sin dejar de doblegar’, canta El Gitano. Siempre le he encontrado la razón absoluta en sus letras. Romántico. Necesario. Me paro de la silla y canto, bailo, lloro y río con él. Hasta trato de hacer sus gestos, pero sólo consigo hacer el ridículo.
7- Bodies (Sex Pistols)
La temática del aborto nunca ha estado presente de manera tan explícita como en esta canción de los británicos, quizás mis Reyes Magos del género, aunque tirarlos de inmediato a ese altar sería imperdonable de mi parte (me olvido de The Clash). Me gusta cuando Johnny Rotten brama: ‘I’m not an animal’. Energía pura, caótica, generosa. Una de mis fantasías adolescentes era jurarme parte de los Sex Pistols. Y veo que eso no ha cambiado mucho.
8- Justify My Love (Madonna)
Es una de mis chicas superpoderosas de toda la vida. Me costó elegir una canción de Madonna porque he sido fan desde chico, pero creo que ésta resume muchos aspectos: sexo, ambigüedad, perspicacia, goce. Ella misma lo canta: ‘poor is the man whose pleasures depend on the permission of another’. A nadie le tengo que pedir permiso para tener placer, de cualquier naturaleza. Para crear. Para delirar.
9- Ceremony (Joy Division)
Esta canción tiene una maldición conmigo: cada vez que la he escuchado, alguna situación extrema me pasa durante el día, sea de tristeza, alegría, fracaso, rabia. Cuando me pongo a escribir y empieza a sonar, parece que todo se ilumina en la habitación. Con el cover de New Order, es exactamente lo mismo.
10- Superstar (Sonic Youth)
Con el permiso del original de Carpenters, la juventud sónica siempre ha ocupado parte importante de mi repertorio nocturno. Una de sus piedras angulares es esta canción. ‘Don’t you remember you told me you love me baby; you said you’d be coming back this way again baby, baby, baby, baby. I love you, I really do’. ¿Tengo que explicar más?