Red Hot Chili Peppers defiende a grupo punk Pussy Riot, en prisión por actuar en catedral
La banda hizo estas declaraciones durante los multitudinarios conciertos celebrados el fin de semana en Moscú y San Petersburgo, en los que Anthony Kiedis usó una camiseta con el nombre del grupo ruso
El grupo estadounidense Red Hot Chili Peppers pidió hoy la liberación de las tres miembros del grupo punk ruso Pussy Riot en prisión preventiva por una actuación antigubernamental en el altar de la Catedral de Cristo Salvador de Moscú.
“Nadia, Katia y Masha, os queremos. Os apoyamos y estamos aquí para ayudaros”, dijo Anthony Kiedis, según el diario digital Gazeta.ru.
Red Hot Chili Peppers salió en defensa de las tres detenidas durante los multitudinarios conciertos celebrados el fin de semana en Moscú y San Petersburgo en los que Kiedis actuó ataviado con una camiseta con el nombre del grupo ruso.
“Pienso todo el tiempo en vosotras. Aplaudo vuestro coraje. Rezo por vuestra liberación. Pienso hacer llegar al mayor número de personas posible lo que os está pasando”, señaló por su parte el bajista, Michael Balzary, alias “Flea”.
Precisamente, hoy el tribunal Jamovnicheski de la capital rusa anunció que el 30 de julio comenzará el juicio por el proceso penal incoado contra las tres mujeres, cuyo prisión cautelar fue extendida el viernes por otros seis meses.
De esta forma, las jóvenes consideradas presas de conciencia por Amnistía Internacional continuarán en custodia hasta mediados de enero del próximo año, según las agencias rusas.
El juez también rechazó hoy poner tanto poner libertad a las detenidas como citar a declarar al Presidente ruso, Vladímir Putin, y al patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR), Kiril, como pedía la defensa.
Las tres jóvenes son acusadas de vandalismo, según el artículo 213 del código penal, por atentar contra los valores tradicionales de la IOR; Según la acusación conspiraron “para cometer un acto de vandalismo por motivos de odio religioso y animosidad contra un grupo social”, en referencia a los creyentes ortodoxos.
El pasado 21 de febrero las encapuchadas componentes de Pussy Riot penetraron en una zona restringida del altar del principal templo ortodoxo ruso desde donde se ofician las homilías, imágenes que han visto cientos de miles de personas en youtube.
Además, las tres mujeres se desprendieron de varias de sus prendas y comenzaron a tocar la guitarra eléctrica, a cantar y a bailar en ropa interior.
“Madre de Dios, echa a Putin”, decía la canción.
La Iglesia rusa reaccionó indignada ante la profanación del lugar sagrado y pidió un severo castigo contra las mujeres, que han sido detenidas y podrían ser condenadas a varios años de cárcel.
Precisamente, la airada reacción de la IOR, que considera el incidente parte de la mayor campaña anticlerical desde la caída del Comunismo, ha sido calificada de desmesurada por muchos personas, que critican la creciente influencia de la Iglesia Ortodoxa en la sociedad.
Varios integrantes de Pussy Riot, cuya liberación ha sido demandada por numerosos opositores, activistas de derechos humanos, intelectuales y cancillerías occidentales, ya habían sido detenidas en enero por actuar sin autorización en la mismísima Plaza Roja