Hasta Obama está enganchado con House of Cards
El mandatario incluso pidió por Twitter que no le hicieran "spoilers". Su gusto por la serie de Netflix tiene precedentes: a Clinton le encantaba "Grey's Anatomy".
La segunda temporada de “House of Cards” debuta hoy al completo en Netflix, un acontecimiento para los seguidores de la serie como el presidente estadounidense, Barack Obama, quien ha pedido en Twitter que “por favor” nadie le desvele el contenido de la trama.
El inusual tuiteo con el mensaje “no spoilers” sobre “House of Cards” fue el único del día que se salió de la tónica política de la cuenta de Obama en esa red social, un dato significativo del interés del líder estadounidense por ese programa de ficción sobre los entresijos del poder en Washington.
Tomorrow: @HouseOfCards. No spoilers, please.
— Barack Obama (@BarackObama) febrero 13, 2014
El caso es que Obama pasará el Día de San Valentín hablando de Oriente Medio con el rey jordano Abdalá II, de visita oficial en EE.UU., con quien se reunirá en un hotel de Rancho Mirage, en el desierto californiano, lo que le dejará escaso tiempo para el ocio.
Verse de una tacada los 13 capítulos, cada uno de una hora, que componen la nueva entrega de la serie, como harán los más fanáticos, es para Obama un espejismo.
Ya en diciembre, en un encuentro en la Casa Blanca con el consejero delegado de Netfilx, Reed Hastings, el presidente bromeó sobre la posibilidad de que le pudieran entregar por adelantado los episodios después de que Hastings le ofreciera hacer un cameo en el programa que protagoniza Kevin Spacey.
El actor encarna al maquiavélico congresista Frank Underwood que empieza la segunda entrega de “House of Cards” como vicepresidente de EE.UU., después de un laborioso plan para ascender al cargo relatado en la primera temporada.
“Consigue que se hagan muchas cosas”, dijo Obama de Underwood el año pasado, “ojalá las cosas fueran tan despiadadamente eficaces“, añadió.
“House of Cards” es una adaptación de una serie (y libro) británica del mismo nombre producida por el director David Fincher (“La Red Social”), entre otros, que causó sensación en 2013, cuando se convirtió en la primera serie de internet en ser candidata al Emmy de mejor drama del año.
Spacey y Robin Wright, que interpreta a la ambiciosa esposa de Underwood, obtuvieron sendas nominaciones a esos galardones. Un éxito que no hizo más que incrementar su popularidad.
Pero “House of Cards” no es el único programa que entretiene a Obama, un ávido consumidor de series.
A finales de 2013 The New York Times aseguró que el demócrata estaba tratando de acabarse la historia del profesor de química convertido en narcotraficante, “Breaking Bad”. En diciembre iba por la mitad de la última temporada.
En 2011 reconoció su predilección por el “thriller” antiterrorista “Homeland” y el mundo del hampa de “Boardwalk Empire“, si bien cuando se trata de ver televisión en familia prefiere optar por las comedias, como la de la colombiana Sofía Vergara, “Modern Family“, según admitió a la revista People.
Presidentes “tevitos”
La pequeña pantalla tiene una larga tradición como receta presidencial para desconectar de su cargada rutina.
El predecesor de Obama, George W. Bush, se divertía con las series biográficas del canal A&E, así como los partidos de béisbol, según la cadena Fox, mientras que los Clinton estaban enganchados a “Grey’s Anatomy” hasta el punto de que lo grababan para no perderse nada de ese serial de médicos.
“Hacemos lo imposible para verlo juntos (Bill y Hillary) cuando podemos”, indicó en una entrevista con la revista Time en 2007 Bill Clinton, al que le gustaba la antiterrorista “24” y los abogados de “Boston Legal“.
Ronald Reagan, que antes de político fue actor de Hollywood, tenía predilección por la telecomedia “Family Ties” donde Michael J. Fox encarnaba a un joven conservador ambicioso.
Cuando no había televisión, otros presidentes como Franklin Delano Roosevelt, quien guió a EE.UU. en la época de la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, se tomaba sus momentos de asueto para ver en la Casa Blanca estrenos de cine antes que nadie o los ingenuos dibujos animados de Mickey Mouse.