Karadima: el historial de abusos que llegó al cine

A cinco años de que se dieran a conocer las denuncias de abusos sexuales en contra de Fernando Karadima, la historia saltó a la pantalla grande y en 2015 debutó en los cines El Bosque de Karadima. En su día de estreno logró congregar a más de 5 mil personas y ese fin de semana llegaron más de 40 mil. Incluso llegó a convertirse en la película chilena más vista ese año.

Con la dirección de Matías Lira y los guiones de Alvaro Díaz, Elisa Eliash y Alicia Scherson, Luis Gnecco fue el encargado de interpretar al sacerdote de la parroquia El Bosque. El argumento de la cinta deja en claro que fue creada “basada en hechos reales” que involucran “al poderoso sacerdote católico Fernando Karadima, quien cometió delitos de abuso infantil y pedófilo entre los años 80 y 2000”.

Gnecco, en entrevista con The Clinic el año 2018, declaró que si bien no hizo un juicio a la hora de ver su personaje, sí tenía uno respecto a Karadima en sí. “Es una persona totalmente enferma, absolutamente. Él es el síntoma de una sociedad, de una forma de hacer las cosas en una sociedad, el síntoma de una institución que se quedó pegada en el tiempo, de institución poco sintonizada”, aseveró en ese entonces.

Aún así, a la hora de estudiarlo, reconoció que encontró “pobre” su personaje. “Cuando yo empecé a escucharlo, todos me hablaban de un señor carismático, que todo el mundo lo escuchaba. Yo me preguntaba: ‘¿Éste es el señor carismático que todo el mundo escucha? ¿Con este mensaje tan banal, tan pueril, tan soso?'”.

Benjamín Vicuña interpretó a Thomas Leyton en El Bosque de Karadima, una de las víctimas de los abusos que cometió el sacerdote durante más de 20 años y que estuvo inspirado en la figura de los tres denunciantes principales: James Hamilton, Juan Carlos Cruz y Fernando Batlle.

En 2015, en conversación con Emol, destacó que es una película que “incomoda” pero que “busca iluminar sectores que estamos acostumbrados a meter en las sombras o debajo de la alfombra”. Por lo mismo, al actor le enorgullecía “ser parte de un proyecto que busque iluminar esas zonas y no tenga miedo a represalias”.

“Sentí la necesidad de sumarme a un proyecto así por un compromiso con la historia de mi país, porque siento que nos regala una realidad y tiene todos los elementos cinematográficos que componen una gran película, un gran drama”, agregó.

Las trabas para llevar a cabo la película

A pocas semanas del lanzamiento de El Bosque de Karadima, el director Matías Lira conversó con EL DÍNAMO y dio cuenta de las distintas trabas que tuvo que superar para lograr concretar el ansiado proyecto.

En un principio, uno de los principales obstáculos fue lograr conseguir financiamiento debido a que nadie quería relacionarse con una película que hablara de los abusos que ocurrían al interior de la Iglesia Católica. Aún así, lograron conseguir ocho millones de pesos gracias a Corfo, lo que les permitió realizar el guión y presentarlo al Fondart, donde también ganaron.

Fue en ese entonces cuando Lira recurrió al empresario Jorge Errázuriz, el mismo que le había financiado su primera obra, Drama (2010).

Otro de los obstáculos que enfrentaron fue la negativa de la Iglesia de trabajar en conjunto, como lo planearon en un principio. Sin embargo, el cardenal de ese entonces, Ricardo Ezzati, no respondió ante las múltiples ocasiones que intentaron comunicarse con él.

A eso se sumó dónde iban a grabar, puesto que tras contactar a más de 70 iglesias, todas se negaron. Eso, hasta que llegaron a la Basílica Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, ubicada en Blanco Encalada con Conferencia.