“Empezó la lucha de clases”: cómo Gran Hermano ha retratado las desigualdades de la sociedad chilena
En el reality han ocurrido varias situaciones vinculadas con el clasismo que provocaron divisiones en la casa y que el público alzara su voz en contra de la producción.
A dos meses de su debut, el reality Gran Hermano Chile logró alcanzar gran popularidad y se ha convertido en un fenómeno en las redes sociales. Tanto así, que cualquier situación que ocurra en el encierro con los participantes se transforma en un tema de conversación que lleva a los televidentes a tomar posición y defender las posturas y decisiones de los jugadores.
Claros ejemplos de esta penetración en la audiencia ocurrieron cuando seguidores del programa de Chilevisión acusaron violencia y amenazas con algunas participantes, bullying o maltrato animal contra Bigote, levantando una serie de campañas por redes sociales.
Gran Hermano y el ojo de la sociedad
A pocas semanas del encierro en Gran Hermano, se pudo ver que rápidamente la casa se dividió en dos bandos separados por piezas.
Un grupo era el reflejo de personas más jóvenes, con buena situación socioeconómica y físicamente hegemónicos. Por otro lado, un grupo que generalmente es invisibilizado, como son los adultos mayores, personas de regiones, trabajadores como un camionero, e incluso una participante que tuvo problemas de adicción.
Con el pasar del tiempo, esta división en el encierro provocó que muchos fanáticos del reality tomaran partido por uno de esos bandos. Allí surgió el masivo cariño hacia Los Lulos, que mostraban a distintos integrantes como si fueran una familia versus un sector que representaba el privilegio.
En entrevista con EL DÍNAMO, Lorena Antezana, académica de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Chile, comenta esta conexión entre los espectadores y los participantes y asegura que “los realities provocan que las personas se relacionen con los temas que tratan no de manera racional, si no de manera emocional”.
“Eso hace que uno pueda identificarse con ciertas situaciones y, por lo tanto, vivirlas en carne propia. (…) En algunos casos va a ser que se realice una denuncia ante el Consejo Nacional de Televisión, por ejemplo”, agregó.
Esto recuerda cuando Lucas Crespo protagonizó en vivo y en directo un tenso momento donde llenó de amenazas y descalificaciones a Jennifer Galvarini. Este hecho causó tal indignación entre los espectadores del programa que ingresaron más de 3.500 denuncias en el CNTV.
En conversación con EL DÍNAMO, Cecilia Tapia, académica de la Escuela de Publicidad de la Universidad Diego Portales (UDP), se refirió al impacto en el público de este tipo de actitudes, transmitidas en directo, 24 horas al día.
“Lo grave es que este tipo de conductas en televisión refuerzan comportamientos que avalan la violencia de todo tipo, especialmente la de género. Utilizándola incluso como una herramienta para entretener”, afirmó.
Sobre el rol de la señal televisiva, Tapia sentenció que “Chilevisión debiese hacer un mea culpa, sobre si se harán cargo de las situaciones, o seguirán incentivando el morbo y la violencia por unos puntos de rating”.
“Empezó la lucha de clases”: las reacciones de la audiencia
Cada semana, en redes sociales se han levantado campañas para eliminar a los participantes de Gran Hermano cuyas actitudes son rechazadas por el público, e incluso algunos fanáticos del reality lo catalogaron como “una lucha de clases”. Esto, ya que Lucas y la Pincoya para el público representaban dos extremos de la sociedad chilena.
Así también lo dio a entender Camila, la hermana de Constanza Capelli, durante una transmisión de Twitch junto al streamer Gabriel Sepúlveda.
“Me voy a sacar lo formalmente correcto. Esta we** es el pueblo contra los cuicos”, aseguró sumándose a varios comentarios en Twitter.
Otro ejemplo que demuestra esta marcada división de personalidades, son las extremas y cuestionables posturas que tienen algunos participantes. Uno de ellos es Jorge Aldoney, quien ha sido duramente criticado en redes sociales por sus comentarios que han sido catalogados como elitistas y soberbios.
“El voto de una persona con doctorado, ¿vale lo mismo que el de una persona que no tuvo acceso a la educación?”, le preguntó el jugador a Alessia en medio de una conversación.
Por estos y otros dichos, como que un jugador no sería salvado ya que su familia “no tendría dinero suficiente para enviar los mensajes de texto”, la madre de Hans Valdés aseguró que no le gustaba el Míster Mundo Chile como amigo de su hijo. De hecho, la mujer se refirió a él como “una persona muy clasista y burlona”.