Bachelet y críticas por viaje a China: “No era una misión de investigación”

La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, respondió este miércoles a las críticas por su visita a China, la que fue cuestionada por varios organismos de derechos humanos por considerara como “complaciente” ante la dictadura comunista.

Durante su presentación ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que se reúne en Ginebra, la ex presidenta de Chile respondió a las dudas de algunos países sobre su paso por el gigante asiático, reconociendo que no pudo hablar con los detenidos en los campos de reeducación para miembros de la minoría musulmana uigur, la provincia noroccidental de Xinjiang.

“Estuve acompañada por funcionarios del Gobierno durante mi visita a Xinjiang”, comentó la funcionaria internacional en declaraciones consignadas por la agencia EFE.

Bachelet añadió que “no pude hablar con ningún uigur actualmente detenido ni sus familias, pero anticipando esto me encontré con antiguos detenidos que están fuera del país y familias que han perdido contacto con sus seres queridos”.

La alta comisionada también respondió por el fondo de su viaje, explicando que “no era una misión de investigación”, complementando que “las visitas de alto nivel no son por definición misiones de investigación, hubo limitaciones especialmente en relación con las restricciones del COVID-19”.

La chilena -que recientemente anunció que no respostulará al cargo para retornar a su país- fue criticada por su paso por Beijing, en donde no habría expuesto las vulneraciones a los derechos humanos que ha realizado el régimen durante décadas.

Foreign Policy, una revista estadounidense especializada en relaciones internacionales, entregó un crudo análisis sobre el paso de Bachelet por China, destacando que con ello “encubrió los crímenes del Partido Comunista Chino (PCCh) contra las minorías étnicas en Xinjiang”.

Según la publicación, la persona que ocupe el cargo que actualmente ostenta la ex mandataria debe “destacar de manera clara, sólida e inequívoca las violaciones de los derechos humanos en todo el mundo”, apuntando a que la autoridad “se encargó de ser una negociadora política y diplomática con Beijing, olvidando su responsabilidad de ser la denunciante y la conciencia moral del sistema de la ONU”.