Vasile Gorgos, ganadero de Rumania, recibió una llamada telefónica para ir a otra ciudad por negocios en 1991, en un viaje que solo le tomaría un par de horas.
Sin embargo, su familia nunca más supo de él, hasta que 30 años después llegó a su casa como si nada hubiera pasado e incluso vistiendo la misma ropa con la cual dejó su hogar a principios de los ’90, consignó El Heraldo.
Tras llegar a su domicilio, Vasile Gorgos se mostró desorientado al ver los cambios trascurridos tras tres décadas y asegurando que no recordaba nada lo sucedido en los años que estuvo desaparecido, ni de su familia o de quien realizó la misteriosa llamada telefónica.
Por su parte, sus más cercanos solo estaban en conocimiento que en aquella mañana de 1991 compró un ticket de tren, algo habitual dado su trabajo como ganadero. Tras su desaparición, lo buscaron sin tener éxito, por lo que se dieron por vencidos de volver a verlo.
Cuando dejó su hogar, Vasile Gorgos tenía 63 años y volvió con 93 ya cumplidos. Durante su ausencia, la familia lo dio por muerto e incluso le realizó un funeral simbólico, en el cual participaron sus amigos, trabajadores y colaboradores más cercanos.
Sin embargo, en agosto del año pasado el hombre volvió a su casa y ante la pregunta sobre donde había estado en los últimos 30 años, Vasile se limitó a señalar que estuvo todo este tiempo en su hogar.
Al revisarlo, Gorgos todavía tenía en sus ropas el boleto de tren, que cubría la ruta Ploiest – Bacau, lo que acrecentó el misterio sobre qué pasó con él.
Luego de su arribo, fue llevado a un hospital para un chequeo médico, donde si bien se le diagnosticó problemas neurológicos, no presentó mayores problemas, por lo que se concluyó que tiene un perfecto estado de salud, como “si hubieran tenido un cuidado especial hacia él”.
Las indagatorias han señalado que Vasile Gorgos llegó a su casa en vehículo, pero no se ha podido determinar donde estuvo en los últimos 30 años.
