Crisis en China: confinamiento por COVID-19 y restricciones a internet desataron inéditas protestas contra Xi Jinping
“Las masivas protestas reflejan la desesperación, hastío e indignación de ya casi 3 años de control sanitario asfixiante”, indicó a EL DÍNAMO, el abogado en derecho internacional, Juan Pablo Glasinovic.
Por primera vez en décadas, miles de ciudadanos desafiaron al régimen de Xi Jinping en China y salieron a protestar a las calles contra las restricciones impuestas del COVID-19, además de exigir mayores libertades ante los bloqueos de internet impuestos por las autoridades.
Shanghái, Pekín, Nanjing y Wuhan son algunas de las ciudades en China donde se registraron violentas manifestaciones por la estrategia de “Cero Covid” que el régimen impuso debido al aumento de nuevos casos de coronavirus entre la población.
“Las masivas protestas reflejan la desesperación, hastío e indignación de ya casi 3 años de control sanitario asfixiante, con sus secuelas sociales y sicológicas”, indicó a EL DÍNAMO el abogado en derecho internacional, Juan Pablo Glasinovic.
“Los ciudadanos quieren poder vivir en mayor libertad y sienten que el cerco de la autoridad estatal ocupa más y más espacio y llega un momento en que se produce una reacción popular de rechazo, que podría tener consecuencias profundas”, agregó.
Muerte de 10 personas en una residencia sanitaria
El profundo malestar de los ciudadanos chinos se generó luego que 10 personas murieran en un incendio en una residencia sanitaria en Urumqi, al noroeste de la capital de Xinjiang. Según registros que circulan en redes sociales, la indignación de la gente estalló en medio de la censura que el régimen chino instaló en internet.
Es por ello que las protestas se expandieron llegando a Shanghai, la ciudad más poblada de China, donde miles de personas protestaron pidiendo el fin de los cierres pandémicos y coreando “Queremos libertad”, “Xi Jinping, dimisión”, “Partido Comunista, dimisión” y “Desbloquea Xinjiang, desbloquea toda China”.
Protestas con hojas en blanco
Las manifestaciones en China con papeles blancos son el símbolo de la censura que el régimen de China impone en la libertad de las personas y en el acceso a internet y son utilizados como una forma pacífica de luchar contra las medidas del gobierno autoritario que limitan las libertades de los ciudadanos.
“Hay que decir que a pesar de la censura, grupos de ciudadanos se han comunicado y coordinado. Eso habla del ingenio humano y de la valentía de muchos que se organizan a pesar de la alta probabilidad de ser reprimidos. El hecho de que a pesar de un formidable sistema de vigilancia, censura y represión la gente se rebele, da luz del hastío y desesperación por el permanente control y reclusiones a partir del COVID-19, pero que amenaza con convertirse en la norma de vida”, analizó el abogado internacional.
Estados Unidos, por su parte, reaccionó ante las protestas que se viven en China. “Se debe permitir a las personas el derecho a reunirse y protestar pacíficamente contra las políticas, leyes, dictados con los que estén en desacuerdo”, indicó el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, John Kirby.
Respuesta del régimen chino
Hasta la fecha, el régimen de Xi Jinping no ha reconocido el malestar social que existe, aunque la respuesta ha sido solo represión por parte de la policía, dejando decenas de detenidos.
“Siendo el régimen chino autoritario y dadas las características de su control, es difícil seguir y leer lo que está ocurriendo y su posible desenlace. Lo que está claro es que, lo que ha empezado como un rechazo a la política sanitaria puede derivar en una protesta contra el régimen”, sentenció Juan Pablo Glasinovic.
Esta situación se suma a que “hace pocas semanas de haber sido ungido con el poder total, Xi Jinping se encuentra con un imprevisto problema en el frente doméstico. Cómo enfrente y resuelva la situación podría incidir en su futuro y en el del Partido Comunista. Un exceso de represión podría exacerbar los ánimos y ceder demasiado a las presiones populares podría demostrar debilidad, abriendo más espacio para más presión. Ambos escenarios son complejos. En esas circunstancias se agudiza la posibilidad de buscar un distractivo externo, lo que puede ser peligroso para la paz mundial. Por ejemplo escalar la tensión con Taiwán y/o con Estados Unidos”.