
La Universidad de Harvard presentó una demanda en contra de la administración de Trump, a raíz de que la Casa Blanca congelara US$ 2 mil millones en fondos públicos destinados a la institución.
El presidente de la casa de estudios, Alan M. Garber, anunció la medida a través de un comunicado indicando que el actuar del gobierno estadounidense obstaculiza, entre otras cosas, investigaciones cruciales sobre enfermedades.
Hace una semana Harvard, la universidad más rica del mundo, había rechazado una lista de demandas por parte de Donald Trump. Según indicó la Casa Blanca, era un listado diseñado para frenar programas de diversidad y luchar contra el antisemitismo, luego de que diversos campus fallaran en proteger a estudiantes judíos durante protestas y movimientos en contra de la guerra de Gaza.
Así, el recorte de fondos fue implementado en otras universidades de élite. Además, el nuevo grupo de trabajo antisemita del gobierno indicó que revisará las asignaciones de otras 60 instituciones educativas.
“Las consecuencias de los excesos del gobierno serán graves y duraderas“, dice la carta firmada por Garber. “La investigación que el gobierno ha puesto en peligro incluye esfuerzos para mejorar las perspectivas de los niños que sobreviven al cáncer, para entender a nivel molecular cómo el cáncer se propaga por el cuerpo, para predecir la propagación de brotes de enfermedades infecciosas, y para aliviar el dolor de los soldados heridos en el campo de batalla”.
Estudios sobre cáncer pediátrico, Alzheimer y Parkinson se verían afectados, según indicó el presidente de Harvard.
Otras universidades se suman
Tras ese primer comunicado, un centenar de directores y profesionales de universidades y sociedades académicas estadounidenses se unieron al llamado de Harvard. Entre ellas se encuentran Yale y Princeton, quienes firmaron un documento que critica las medidas exigidas por la administración de Trump y que se muestra a favor de la demanda presentada por Harvard.
“Como líderes de las universidades y sociedades académicas estadounidenses, nos pronunciamos al unísono contra la extralimitación gubernamental y la interferencia política sin precedentes que ponen en peligro la educación superior“, indica el documento publicado en la web de la Asociación Americana de Colegios y Universidades.
“Estamos abiertos a una reforma constructiva y no nos oponemos a la supervisión gubernamental legítima. Sin embargo, debemos oponernos a la intromisión indebida del gobierno en la vida de quienes estudian, viven y trabajan en nuestros campus“, agrega el escrito.
“El precio de limitar las libertades que definen la educación superior estadounidense lo pagarán nuestros estudiantes y nuestra sociedad. En nombre de nuestros estudiantes actuales y futuros, y de todos los que trabajan en nuestras instituciones y se benefician de ellas, pedimos un compromiso constructivo que mejore nuestras instituciones y sirva a nuestra república”, cierra la nota.
El escrito cuenta con las firmas de representantes de la American University, el Vassar College, el Bryn Mawr College, el Rhodes College, la Universidad de Westminster, la Universidad de Boston, la Universidad de San Diego, la Rutgers University y la Universidad de Pensilvania.