Secciones
Opinión

La invocación

Jackie Weaver (candidata al Oscar como Mejor Actriz Secundaria por El lado bueno de las cosas) es la única sobreviviente de una familia en la que los tres hijos, uno tras otro, murieron trágicamente. Ella explica, con su voz en off, cuáles son las características de una casa embrujada y por qué la que alguna vez fue su hogar ahora lo está.

Luego de este preludio, un hombre de mediana edad (Carl Hadra) trata de entrar en contacto con los tres muertos, a través de un transmisor de radio de baja secuencia. Lo logra, pero es interrumpido por una fuerza fantasmagórica.

Llega a vivir a la casa una nueva familia, con tres hijos y lo que sigue es previsible.

Evan (Harrison Gilberston), de 18 años, entra en contacto con una hermosa y aproblemada vecinita, Samantha (Liana Liberato) y empiezan a explorar tanto su despertar sexual como la actividad paranormal que se esconde en la mansión. Ella (que se plantea preguntas como “Si hay fronteras, quizás haya un cielo”) sabe bastante acerca de los secretos mantenidos por años. El reencuentro con la caja de transmisión y el inquietante ático van a ser los detonantes de la arriesgada curiosidad.

Desde hace mucho tiempo que el cine de terror se dirige al público adolescente y a sus temores. En este caso, se trata de un juego de seducción sexual, que resulta tan atractivo como la dimensión paralela en que me mueven los fantasmas. Todo ello matizado con apariciones, el terror en la ducha, los padres escépticos y ausentes, y tanta música efectista capaz de crispar los nervios.

Es la primera película de Mac Carter y parece que no será la última. La invocación deja demasiados cables sueltos. Hay personajes apenas esbozados, como la hermana mayor (que revela una sensatez y un equilibrio con la que habría sido capaz de enfrentar los acontecimientos) o la misteriosa hermana menor (de la que apenas se divisa el rostro y que tiene una actitud amistosa con los espíritus). Además, todo lo que sabemos de la tragedia anterior aparece en forma de pesadilla, que se transforma en visión. Y algunas preguntas, entre muchas otras: ¿por qué estaba la caja ahí? ¿qué función cumplía realmente? ¿es todo esto algo más que una experiencia espiritista?

Creo que todo esto anuncia una segunda parte y espero que sea más explícita.

(Haunt.USA, 2014)