Sin Filtro: la batalla de la psicomagia contra los psicotrópicos
Nicolás López y su retorcido sentido del humor regresan con una comedia emo en tiempos de emojis.
Luc Gajardo es Periodista El Dínamo.
Toma “Un día de furia” (1993): sácale la testosterona y métele estrógenos.
Toma “Quiero matar a mi jefe” (2011): sácale la cocaína y la cerveza y métele antidepresivos y ansiolíticos.
Toma “Mentiroso mentiroso” (1997): cambia el derecho por la publicidad.
Trae la mezcla al 2016. A Chile. A Chilewood. A Santiago. A Providencia. A la cabeza de Nicolás López (32) saliendo emo de dos relaciones sintiendo que en algo falló. Que algo no captó. Un López cuya cabeza obsesiva necesitaba entrar, adentrarse en la mente y en el corazón de una mujer.
Para saber qué se siente. Para entender. “Estaba devastado. Todo me daba lo mismo. Y lo único que podía salvarme era poner todo en una película” confesó hace poco a La Tercera. Entonces se puso a escribir junto a Diego Ayala (22) y a conversar con su amiga y musa, la adictiva Paz Bascuñán.
De ese improbable remix nace “Sin Filtro”, su octavo largometraje como director, una comedia psicotrópica y/o psicomágica que tiene como protagonista a Pía Vargas, una mujer treinteañera que debe luchar contra, o al menos sobrevivir, a la dictadura de la juventud y su idiota altanería.
A los crusties, acaso la tribu urbana del presente/futuro más pre-apocalíptica que hay.
A lidiar con que hoy en día hay más romance y amistad vía Whatsapp que en el mundo real.
A que la solución que el sistema ofrece a sus penas y angustias es ir donde un psiquiatra/dealer (interpretado por un sorprendente Francisco Ortega) que está más interesado en hacerla tragar ravotril a la velocidad de un niño obeso comiendo skittles que a escucharla.
A los tacos y a que Internet se corte y sea un culo conseguir que alguien de la empresa venga a arreglarlo.
Problemas que ya, no son precisamente los de un refugiado sirio, pero que no por eso son menos angustiosos para quien los sufre. Cada quien en su mundo y su punto de ebullición. Cada loco con su tema. Si López, está loco o no es debatible. Pero que si tiene temas o no, no hay discusión. Los tiene.
Sin Filtro, para regocijo de sus seguidores y acidez de sus enemigos, es otra muestra de que, aunque con menos chistes de fluidos corporales mediante, mantiene su mirada y su retorcido (y por esta vez, travestido) sentido del humor para diseccionar a su universo intactos.
Sin Filtro se estrena este jueves 7 de enero en todos los cines del país.