Chorus Line en Chile: una experiencia inolvidable

Este jueves 13 de octubre se estrenó la versión chilena del musical Chorus Line en el Teatro Oriente. A penas supe del espectáculo recordé inmediatamente la versión cinematográfica, y a Michael Douglas en el papel del malhumorado director del elenco, esta vez interpretado por el actor Felipe Ríos, quien, junto a los 29 actores y bailarines que conforman el staff, dan vida a esta nueva puesta en escena que estará en cartelera hasta el 23 de octubre.

Entre los 29 intérpretes, hay otros rostros conocidos de la TV chilena: Christian Ocaranza, y Paulina López (Rojo) Francisca Walker (Papá a la Deriva y Sres. Papis) y también figuras como Roberta Cifuentes (hija de Karen Connolly) Lucas Siqueira (primer bailarín de la compañía de Sara Nieto) Pablo Zamorano (reconocido bailarín de la danza contemporánea chilena) Romina Quevedo (bailarina en la Compañía Movimiento Fuga) y la española María Nadal (primera figura de la compañía de Antonio Gades).

Chorus Line fue originalmente creada, dirigida y coreografiada por Michael Bennett en 1975. Hoy, luego de 40 años de existencia y de ser reversionada en distintos países y formatos, y siendo además uno de los shows más exitosos en Broadway, llegó a nuestro país a cargo de Baayork Lee, bailarina original del elenco de Michael Bennet en 1975, quien ha tomado la dirección de la obra, rol que los mismos autores le encargaron.

La experiencia y emociones

La expectación en el teatro era total. Lleno en todas las ubicaciones, con un público que esperaba ansioso comenzar a vivir la experiencia Chorus Line, uno de los musicales más exitosos del último tiempo.

Pronto vino un silencio, la luz se hizo tenue y la música entró a la sala, el sonido del piano, deletreando aquellos inolvidables acordes, tan reconocibles para todos, dieron las primeras notas emotivas de la obra. Y cómo no, si Chorus Line es un clásico que ha trascendido generaciones y que, tanto la historia que cuenta como su banda sonora son parte de nuestro inconsciente colectivo.

Desde el primer momento todo es emocionante, la música que acompaña los diálogos de escenas inolvidables, hacían que pareciera un sueño estar viendo en vivo a los personajes, los pasos de baile, las historias detrás de cada postulante, que involucran dolores, miedos, pensamientos, frustraciones, reflexiones, vivencias humanas, vivencias de un cuerpo de baile que audiciona para ser parte del elenco oficial de Chorus Line. Eso es precisamente lo que engrandece a esta obra, que trata temas humanos desde una perspectiva honesta y respetuosa, sin caer jamás en el prejuicio ni en el moralismo. Pensando en el año que fue exhibida la obra, creo que los temas que aborda son todo un atrevimiento para la época.

Los intérpretes chilenos actúan con gran profesionalismo y respeto. Varios se destacan por dominar las tres disciplinas: actuación, danza y canto, al punto que logran remecerte y sentir escalofríos de emoción.

Ya en la performance final, junto al tema principal del musical “One” cuya letra se refiere a que, si bien todos son distintas personas, con sus propias historias y problemas, se transforman en “Uno” para cantar y bailar. Y así lo hacen, van apareciendo ordenados, con sus trajes emblemáticos de color dorado, tocando sus sombreros de copa que también son parte de la coreografía, y el público que ovaciona mientras salen a escena uno a uno los protagonistas, para luego dar paso a alzar el telón y descubrir que ha estado tocando en todo momento una orquesta sinfónica.

Chorus Line es realmente emocionante. Una experiencia que sin duda hay que vivir.