Programa económico del Frente Amplio y desarrollo sostenible
"Comprende medidas de corto y mediano plazo para construir un Chile que crece estable, descentralizada y sosteniblemente. Así construiremos un futuro más próspero para nosotros y las generaciones que vienen".
Juan Ignacio Latorre es Doctor en Políticas Públicas y transformación social, Universidad Autónoma de Barcelona. Master en Gestión Pública y Director del Centro de Reflexión y Acción Social CREAS de la Universidad Alberto Hurtado. Esta columna de opinión no representa necesariamente a la institución.
Crecimiento económico no es sinónimo de desarrollo. A nivel micro, una empresa puede crecer constantemente en sus beneficios y utilidades para sus propietarios pero a costa de trabajo precario, bajos salarios, escasa negociación colectiva, prácticas antisindicales, colusión y estafa a los consumidores, depredación del medioambiente, incidencia legislativa para favorecer sus intereses a través del financiamiento irregular de la política, etc. Puede ser una empresa muy rentable, con números azules y cotización positiva en bolsa y al mismo tiempo tener un comportamiento irresponsable, antisocial e insostenible ecológicamente. En Chile tenemos muchos de esos casos, ¿le suena alguno? Hay varios inversionistas y empresarios que prefieren pagar multas que son bajas y seguir teniendo malas prácticas ya que es muy rentable el negocio, y así reproducen una dinámica abusiva.
A nivel macro, un país puede tener un crecimiento sistemático del PIB, ser rico en recursos naturales a buen precio en los mercados internacionales, tener altas tasas de inversión, tratados de libre comercio con medio planeta, una economía abierta, libre y respeto irrestricto a la propiedad privada, pero simultáneamente ser un país extremadamente desigual, donde el 1% concentra el 30% de la riqueza, con altos niveles de contaminación y depredación medioambiental, con altos niveles de desconfianza ciudadana, deslegitimidad de las instituciones por aumento de la corrupción, aumento del malestar social, anomia, violencia y graves problemas de salud mental. ¿Le suena un panorama así para el caso chileno?
Hay al menos cuatro razones por las que el tipo de crecimiento económico chileno está estancado y no genera Desarrollo Sostenible. En primer lugar, tenemos una estrategia de crecimiento económico agotada, basada en explotación de recursos naturales y materias primas sin valor agregado, la misma canasta exportadora hace décadas, con bajos niveles de productividad y muy baja inversión en innovación y desarrollo. En segundo lugar, tenemos una alta concentración de la riqueza y del poder político asociado, con mercados oligopólicos, un empresariado rentista que defiende sus intereses privados por sobre el bien común y que tiene cooptada a la política y a la democracia vía financiamiento irregular. En tercer lugar, estamos depredando el medioambiente, detrás de cada gran proyecto de inversión hay graves “externalidades negativas”, contaminación, sequía y gestión insostenible de los recursos hídricos, depredación de los recursos marinos, deforestación, pérdida de la biodiversidad y complejos conflictos socioambientales con las comunidades y ecosistemas. En cuarto lugar, tenemos una muy baja inversión pública y social comparada en educación, salud y pensiones, donde todavía prima el bolsillo para comprar en el mercado bienes de consumo de distinta calidad, en vez de garantizar derechos sociales de ciudadanía de manera universal por fuera del mercado.
Una nueva política económica debe estar basada en los siguientes principios: reactivación económica sin endeudamiento fiscal irresponsable; redistribución del ingreso y la riqueza; un Estado emprendedor en áreas estratégicas; y sostenibilidad ecológica. Necesitamos un nuevo plan de inversiones que impulse decididamente la innovación, que cree una cartera nacional de infraestructura, y aumente la inversión social en bienestar. Tenemos que impulsar nuevas formas de producción para descentralizar y democratizar la economía, y promover un desarrollo verde (cooperativas de trabajo, empresas B, economía colaborativa, agricultura orgánica, gestión sostenible del agua, adaptación al cambio climático, participación ciudadana local vinculante, ordenamiento territorial, cuidado de los bienes comunes). Promoveremos una distribución de las cargas y beneficios del desarrollo a través de relaciones laborales justas y equilibradas (negociación colectiva por rama productiva, derecho a huelga efectiva, conciliación laboral y familiar), y a través del financiamiento sustentable mediante la justicia tributaria donde el 1% más rico contribuya más para el bien común de la sociedad.
El Programa Económico y de Desarrollo Sostenible del Frente Amplio, es una política integral para la reactivación de la economía y la redistribución del bienestar. Comprende medidas de corto y mediano plazo para construir un Chile que crece estable, descentralizada y sosteniblemente. Así construiremos un futuro más próspero para nosotros y las generaciones que vienen.