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¿Matrimonio igualitario? Definición e historia de la familia

“Es el amor y buen vínculo entre los padres o madres, el que se relaciona directamente con la salud mental de los hijos (APA) y no la orientación sexual de la pareja matrimonial”.

Este lunes comenzó la discusión en el Congreso del proyecto de ley de Matrimonio Igualitario. Pudimos ver cómo las organizaciones en contra de este proyecto, citaban o definían el matrimonio con fines reproductivos, por lo que dejaría fuera a las personas del mismo sexo. Frente a esto, examinemos un poco de historia de lo que es el matrimonio y cuáles son sus fines y si la definición de estas organizaciones, es aplicable a siglo XXI.

Según Platón, en su obra “El Banquete”, el amor sublime, que él llamó Philia, sólo se podía dar entre dos hombres, ya que no estaba de por medio la presión de la reproducción y crianza de hijos. Efectivamente, Platón definía el matrimonio con un fin meramente reproductivo, donde la mujer era la encargada además de administrar los bienes del hogar, por sobre los empleados. En ningún caso Platón habla de amor hacia la esposa.

Engels, en su obra “La familia, la propiedad privada y el Estado”, hace un recorrido histórico del concepto familia y matrimonio, siendo éste último una creación en la Edad Media por parte de las familias más ricas para hacer arreglos entre familias de los bienes, vendiendo a la hija. El matrimonio tenía como fin que la mujer debía parir un hijo varón que pudiera heredar los bienes y continuar el legado. Nada había de amor en estos arreglos. La primera vez que las personas comenzaron a casarse por amor fue en las clases más pobres, donde no había bienes que convenir.

Si nos remontamos a la Biblia, ésta establece que la mujer puede ser castigada físicamente y si el hombre muere, debe casarse con su hermano, estableciendo también el intercambio de mujeres por bienes. De hecho el rito católico donde el padre de la novia la “entrega” a otro hombre nos remonta a aquella época, donde un hombre entrega una mujer a otro hombre, de blanco, significando virginidad (o de otro modo podía ser apedreada hasta la muerte).

¿Son estas definiciones de familia aplicables al año ya casi 2018? No. Hoy en día los matrimonios son por amor, no para la reproducción y herencia de bienes. Hay familias que nunca tienen hijos, otras monoparentales, otras conformadas por los abuelos e hijos y otras conformadas por parejas del mismo sexo, porque el fin del matrimonio hoy en día es el amor. ¿Quién, hoy en día, puede decir que se casa virgen y si no lo hace, la sociedad tiene el derecho de apedrearla?, ¿Quién, hoy en día, se casa intercambiando bienes como arreglos entre familias? Y ¿Quién, hoy en día si muere el esposo, debe casarse con su cuñado?

Si los argumentos van a ser la historia del matrimonio, estamos mal, pues el origen del matrimonio no es aplicable al año casi 2018. La institución del matrimonio ha ido variando a través de los siglos, siendo hoy un rito que según la Asociación Americana de Psicología es un símbolo ante la sociedad de compromiso amoroso, que legitima a las parejas y les da un status social. De hecho, la APA en el año 2005 llamó a los Estados a no prohibir el matrimonio por orientación sexual, ya que esto estaba relacionado a problemas de salud mental, estrés y sufrimiento de no sólo los involucrados sino también de sus seres queridos.

¿Qué es entonces, una familia hoy en día? Un núcleo de personas unidas por el amor, que permite el buen desarrollo emocional de sus miembros, especialmente los hijos. Según esta definición, más acorde a nuestros tiempos, hay muchas familias que no lo son, como aquellas que pregonan la religión pero dejan de lado el amor y acompañamiento de sus hijos, no permitiéndoles su buen desarrollo emocional en el núcleo familiar. Es el amor y buen vínculo entre los padres o madres, el que se relaciona directamente con la salud mental de los hijos (APA) y no la orientación sexual de la pareja matrimonial.

En Chile, hay muchas parejas con hijos o que desean tener hijos que cumplen con la definición de familia: amor y buen vínculo entre la pareja que permite el buen desarrollo emocional de los hijos pero lamentablemente, por una mentalidad arcaica propia de países sub desarrollados, no pueden casarse legalmente, siendo familias “ilegales”.
Esto conlleva a que en el caso de familias homoparentales, los hijos queden en abandono y sensación de inseguridad, pues si el padre o madre biológica muere, el otro cónyuge no tiene ningún derecho sobre el hijo, aunque éste lo considere su madre o su padre y tenga un vínculo con él.

Me parece insólito que el nivel de discusión del Congreso sea “el matrimonio tiene como fin procrear”, ya que estamos hablando de la Edad Media, literalmente. ¿Cómo puede ser que los parlamentarios no se informen un poco más y aseguren qué tipo de familia es la que permitirá el buen desarrollo psicológico de los hijos? No ven más allá de sus creencias personales y a pesar de sus millonarios sueldos, no hacen la pega.

Yo espero que Chile pueda tener familias sanas, en donde los hijos crezcan con amor, en familias donde los cónyuges tienen buena comunicación y vínculo entre ellos y que se les reconozca como familias. Por favor, no podemos estar discutiendo el tema según definiciones que no son de nuestra época.


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