De las palabras a los hechos, por nuestros niños
"Parece incomprensible o una liviandad política mayor, que congresistas se nieguen a debatir y a buscar elementos que hagan posible avanzar. Es la negación de la política y el camino al estancamiento. El país no se lo merece".
Mariana Aylwin es Profesora de origen, política por vocación y a mucha honra. Directora Corporación Educacional Aprender.
Ha trascendido que no están los votos en la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados para aprobar la idea de legislar sobre el proyecto que crea la subvención universal para los niños y niñas de dos y tres años.
Parece incomprensible o una liviandad política mayor, que congresistas se nieguen a debatir y a buscar elementos que hagan posible avanzar. Es la negación de la política y el camino al estancamiento. El país no se lo merece. Menos nuestros niños y niñas.
Por si no lo saben, sólo la mitad de los párvulos de dos y tres años, asiste a un jardín infantil. De ellos, el 75% pertenece a los tres quintiles más bajos de ingresos.
En comparación con la OECD, esa es una diferencia de 12 puntos.
Por cierto esta cifra afecta a los más pobres.
Mientras el 71 % de las familias de mayores ingresos envía a sus hijos a un jardín infantil, sólo el 40% de los hijos de las familias más vulnerables acceden a la educación inicial en esta etapa.
La evidencia empírica es demasiado fuerte respecto de la importancia del cuidado de la primera infancia, el apego, la estimulación precoz, los factores externos que pueden afectar el desarrollo del cerebro y que repercuten en el aprendizaje y la sociabilidad.
Aunque Chile tiene los niveles de pobreza más bajos de Latinoamérica, los niños y niñas son más pobres que el promedio nacional.
Entre los niños y adolescentes (entre 0 y 17 años) un 21% tienen entre 0 y 3 años.
Son nuestra responsabilidad presente y presagian cómo será nuestro país en el futuro.
La pobreza de la infancia en el siglo XX, mucho mayor que la actual, con índices de desnutrición y mortalidad hoy día impensables y sin escolaridad temprana, tiene impacto hasta hoy día en el desarrollo de las personas y del país.
Por eso es tan importante avanzar en la cobertura de la primera infancia.
Actualmente mantenemos un sistema inequitativo. El financiamiento estatal para los jardines Junji de administración directa es de 278 mil pesos por niño matriculado y el de los Jardines Junji vía transferencia de fondos ( a Fundaciones o Municipios) , es solo de 126 mil pesos por asistencia. El proyecto propone equilibrar el financiamiento y crear una subvención para el 25% de niños prioritarios, manteniendo a los VTF la subvención por asistencia.
Las diferencias están principalmente en el financiamiento por asistencia y en el hecho de que los colegios subvencionados con capacidad ociosa podrían incorporar este nivel de educación en sus aulas.
¿Es perfectible el proyecto? Como todo proyecto puede perfeccionarse, pero para ello hay que discutirlo. Sólo un trasfondo ideológico (no entregar más recursos a los privados) podría explicar la negativa a debatir el proyecto, detrás de las diferencias concretas (subvención por asistencia, escolarización de los párvulos).
La experiencia nos muestra que no hay cómo partir con todo perfecto, ni hay posibilidad de que cada uno desde su ideología consiga todo lo que quiera. La discusión parlamentaria consiste justamente en buscar lo mejor posible en un contexto concreto, intentando- al menos- aunar posiciones.
Rechazar la idea de legislar sería lamentable para abordar un desafío que en el discurso todos decimos compartir: mejorar la vida de nuestros niños y niñas. Y, desgraciadamente, pondría a nuestros congresistas, una vez más, de espaldas a la gente.
No es por causas externas que los chilenos están tan defraudados de sus parlamentarios. Por el bien de los niños y de ustedes mismos, discutan y mejoren este proyecto.