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Crisis Política y Coronavirus, un mismo antídoto

Debemos cambiar y reformar muchas de las instituciones de la república, pero ello se hace con diálogo, justicia y prudencia, además de buena fe. Sí, justicia y prudencia, ya que la primera nos mueve hacia un entendimiento, acuerdo o pacto que nos brinde paz social, y la segunda nos permite hacerlo en los tiempos y con las formas que permiten la consecución y, sobre todo, la sostenibilidad de los cambios.

Días de incertidumbre y desazón. Las tesis apocalípticas acerca de lo que nos depara el coronavirus en materia de salud pública y sus efectos en un escenario mundial que nos vaticina una económica nacional que afectará a todos los chilenos con una posible deflación, aumento en el desempleo y una notoria merma en los niveles de inversión, es una situación que debe llamarnos a la búsqueda de acuerdos y entendimientos. Esta no es una estrategia que intenta salvaguardar los indicadores macroeconómicos por sobre otras consideraciones, sino que justamente lo contrario, es situar a las personas en el centro de la acción política y social.

Al respecto, no parece justificable insistir en la desconfianza entre nosotros (chilenos), porque ello representa el peor antídoto en la situación por la cual atravesamos.

Salir en defensa de nuestra comunidad requiere de buscar entendimiento en lo político y en lo social, y no más descalificaciones gratuitas. ¿Entendimiento en qué?, en que todos somos miembros de un mismo pueblo y que nos debemos respeto.

Ciertamente en nuestro país hay personas han vivido en la vereda del desarrollo, relegadas del progreso social del país. Esperando que el “chorreo” llegue hasta su hogar y este no ha llegado. Es decir, han sido descartados e invisibilizados en un país que cultural y espiritualmente ha ido perdiendo sistemáticamente consistencia. Un Chile que definitivamente ha confundido el ser con el tener.

Ante la situación de enajenación que hemos engendrado y percibido con nitidez luego del estallido de octubre de 2019, debemos recobrar la sensatez y encausar la necesidad de trasformación de nuestra sociedad por medio del afecto por los otros, para reconstruir el nosotros. Esto se consigue escuchándonos y no descalificándonos; ni mucho menos por medio de la violencia que sólo aumenta el conflicto y nos augura una fractura social más dolorosa. En este mismo sentido, las instituciones son relevantes para salir de nuestra crisis política y social, además de necesarias para responder a la amenaza del coronavirus que nos afecta, y la otra infección que es aún más mortal para el alma nacional, la odiosidad entre nosotros.

Debemos cambiar y reformar muchas de las instituciones de la república, pero ello se hace con diálogo, justicia y prudencia, además de buena fe. Sí, justicia y prudencia, ya que la primera nos mueve hacia un entendimiento, acuerdo o pacto que nos brinde paz social, y la segunda nos permite hacerlo en los tiempos y con las formas que permiten la consecución y, sobre todo, la sostenibilidad de los cambios.

El apocalipsis está en nuestros corazones, depende de nosotros renovar las esperanzas y superar estos difíciles tiempos.


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De una forma sencilla y cercana Google nos introduce en el mundo de la IA con este sistema que puede facilitar tu día a día, potenciar tu productividad y abrirnos nuevas puertas a la tecnología, permitiéndonos un nuevo grado de comprensión y uso de las ventajas digitales que forman parte de nuestra vida.

Luis Bellocchio

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Desde el bufete en el que actualmente es socia asegura que le preocupa el desacuerdo generalizado que observa en política y, a pesar de reconocer avances respecto a la brecha de género, comenta que aún falta. "Hoy en día, los países que quieren avanzar tienen que moverse rápido y adoptar las decisiones en materia de política pública y regulación en forma rápida".

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Me impresionó no solo su calma, sino el hecho de que esa calma no viniera acompañada de ningún tipo de moderación. Su antiboricismo era categórico, aunque sin odio ni rabia personal. Sus propuestas en inmigración y seguridad eran tan radicales como las de Kaiser, pero sin los coqueteos con antivacunas ni otros terraplanistas.

{title} Rafael Gumucio