Covid-19 y la urgencia de fármacos efectivos en Chile
Es perentorio evaluar y mejorar todas las estrategias planteadas. Ellas son complementarias y necesarias para tener un buen resultado en la segunda ola que vendrá. En particular, dar más acceso a fármacos efectivos que ya están siendo utilizados por más de la mitad de la población mundial.
Enrique Ayarza es Decano Facultad de Ciencias de la Salud Universidad SEK
El mundo cumplirá un año enfrentando una nueva enfermedad. Se cuentan más 50 millones de infectados y cerca de 1 millón 300 mil fallecidos. En Chile el impacto es alto: más de medio millón de casos y más de 15 mil fallecidos. Hemos pasado una primera ola, quedándonos en una meseta alta de casos nuevos como global país. Algunas regiones ya sufren la segunda ola y, observando Europa, la pregunta es si el rebrote que viene llegará antes o no del próximo otoño. Las estrategias para este tipo de epidemias son conocidas.
¿Qué ha aprendido Chile en el despliegue de ellas? Aquí un resumen:
-Bloqueo de fronteras y de zonas de mayor contagio. Nuestras fronteras aún no son seguras. Son numerosos los vuelos diarios que llegan de países con altos índices de casos. Sólo el control eficaz previene la importación de nuevos casos.
-Diagnóstico oportuno, trazabilidad y aislamiento de casos y contactos. En diagnóstico con test de PCR tenemos altos indicadores por cada 100 mil habitantes, aunque la trazabilidad sigue siendo insuficiente, particularmente por la débil coordinación se las Seremías con la atención primaria. Respecto del aislamiento, propiciarla en sus propias habitaciones no es efectiva en un gran número de los casos. Debemos potenciar los hogares sanitarios que están subutilizados.
– Acceso a vacunas. Pese a los anuncios, lo cierto es que es aún incierto cuándo los chilenos accederemos a una vacuna efectiva. Nuestras autoridades harían bien en moderar las expectativas.
-Uso de antiviral eficaz en etapa temprana. Existe la oportunidad de evitar agravamiento de pacientes y disminuir la contagiosidad. Llama la atención que nuestras sociedades occidentales hayan avanzado tan poco en este aspecto. En países orientales, con más de la mitad de la población del mundo, se está usando el antiviral Favipiravir con buenos resultados.
En Chile, la autoridad está esperando tener evidencia, como se hace en tiempos normales. Esto significa que para difundir el uso del fármaco habría que esperar dos o tres años para tener absoluta certeza. En cambio en Japón, China, India, Rusia, Indonesia, Turquía, Egipto, Emiratos Árabes, entre otros, entienden que para hacer frente a la emergencia de la pandemia es adecuado usar este fármaco que evitar muertes y nuevos contagios. En Chile, el COVID-19 hoy es la primera causa de muerte y desplaza a un segundo lugar a las causas cardiovasculares y cáncer. Las tasas de mortalidad muestran que a los países que están usando el Favipiravir les ha ido mucho mejor que a aquellos que no. De esto hay evidencia. Y por tanto, es preciso destacar la urgencia de incorporar fármacos efectivos en Chile.
– Uso de corticoides en etapa de inflamación avanzada. El uso de corticoides en las UCI en pacientes graves ha sido adecuado. Esta es una enfermedad de dos fases; una primera de replicación viral y una segunda inflamatoria (la llamada tormenta De citoquinas), ya casi sin replicación viral. Para la primera lo óptimo es un antiviral y para la segunda los corticoides.
-Disponibilidad de Centros de Salud para consulta, hospitalización y UCI. Sin duda el principal éxito nacional ha sido disponer de los sistemas asistenciales, con un impresionante aumento de ventiladores invasivos y una buena coordinación de la disponibilidad de camas en lo público y privado como un sólo sistema. Chile es un ejemplo muy positivo en este aspecto.
– Continuar con las medidas de autocuidado (lavado de manos, mascarillas, distancia física, etc.). Aprender a vivir en “modo COVID” no es fácil. Hay que insistir en educar. Debemos incorporarlo a nuestro comportamiento cotidiano. Esto será por mucho tiempo, más que el que nos gustaría. Debemos entender que es un hábito indispensable de incorporar y mejores campañas de comunicación pública son importantes.
Los equipos de salud de nuestro país han realizado una labor extraordinaria, abnegada y con un alto espíritu de servicio. Pero es perentorio evaluar y mejorar todas las estrategias planteadas. Ellas son complementarias y necesarias para tener un buen resultado en la segunda ola que vendrá. En particular, dar más acceso a fármacos efectivos que ya están siendo utilizados, como decíamos, por más de la mitad de la población mundial. No hay razón para seguir esperando.