La pandemia de la lectoescritura
Hasta antes de la pandemia, el número de niños que carecían de competencias básicas de lectura se encontraba en una curva descendente y se esperaba que pasara de 483 millones a 460 millones en 2020. Sin embargo, la cifra se disparó aumentando en más de un 20% y anulando los avances logrados en las dos últimas décadas.
Ricardo Evangelista es Director de la Fundación Sara Raier de Rassmuss
Un informe de la Unesco expuso que 100 millones de niños y niñas no aprendieron a leer cuando debían. Esto, a causa del cierre de escuelas producto de la pandemia.
De esta manera, los alumnos sin estas nociones pasaron, en 2020, de 483 millones a 584 millones. Asimismo, añaden que hasta antes de la pandemia, el número de niños y niñas que carecían de competencias básicas de lectura se encontraba en una curva descendente y se esperaba que pasara de 483 millones a 460 millones en 2020. Sin embargo, la cifra se disparó aumentando en más de un 20% y anulando los avances logrados en las dos últimas décadas gracias a los esfuerzos educativos.
En Chile, en un año normal sin pandemia, sólo el 40% de los estudiantes que pasa a 2º básico sabe leer y escribir, escenario que no mejora hasta 4 básico y que se agudizó dado al contexto sanitario.
El reciente Reporte de Impacto 2020 del Programa Alfadeca, arrojó que el 58% de los alumnos de 1º básico que trabajaron con esta herramienta, terminaron leyendo. Por otra parte, el 66% de los estudiantes de 2º básico finalizaron el año escolar comprendiendo lo que leen y 59% de niñas y niños lograron terminar el año escribiendo textos para transmitir sus ideas con claridad.
Hicimos los esfuerzos necesarios llevando todos los contenidos a un formato multiplataforma, incluyendo la adaptación televisiva del programa creando “AlfadecaTV” llegando a una audiencia de mil niños y niñas diarios entre 4 y 12 años en el canal TV Educa Chile.
Fueron más de mil niños y niñas de primero básico y doscientos de segundo básico en escuelas públicas de diversos contextos, que en su mayoría avanzó en su proceso lector, demostrando que se pueden lograr cambios radicales, aunque los desafíos de aprendizajes de calidad son mucho más altos en el contexto de pandemia.