Otra cosa es con guitarra: nombramientos de Boric
Algunos podrán indicar que los nombramientos fallidos se deben a la falta de experiencia en materia de gobernanza e ingenuidad tal vez. El asunto es que no basta solo con tener una buena recomendación y currículo, es necesario que los asesores del Presidente hagan una exhaustiva revisión en RRDSS e Internet para ver si existe algún flanco débil.
Críticas se han generado por algunas designaciones realizadas por el Presidente Gabriel Boric. Partiendo con la ministra de Deportes, Alexandra Benado, quien recibió acusaciones que se viralizaron justo después de confirmarse su cargo. Cinco comunicadores enviaron una carta al que hoy se convertirá en mandatario, detallando el presunto maltrato laboral y hostigamiento sufrido bajo su dirección, mientras ella se desempeñó como coordinadora general del centro de memoria Londres 38.
Además, la secretaria de Deportes debió devolver más de $1 millón en 2014, luego de que se descubriera el pago de horas extras irregulares a su favor durante su paso por la Municipalidad de Providencia. Los hechos quedaron plasmados en un informe de la Contraloría de la República que se efectuó cuando se desempeñaba como profesora de educación física en la Corporación de Desarrollo Social de la comuna capitalina.
Junto con este caso, han existido otros similares que han terminado con la renuncia de los designados como lo que ocurrió con el subsecretario de Obras Públicas, Alfredo Gutiérrez, cuya nominación fue cuestionada desde diversos sectores, pues enfrentó una querella por prevaricación durante su gestión como director nacional de Obras Portuarias del Ministerio de Obras Públicas (MOP), donde trabaja hace más de dos décadas.
Asimismo, surgieron otras situaciones, como la de Sergio Pinilla, quien fue elegido delegado provincial para la Región del Biobío, pero apenas se conoció su nombre se generó la polémica por unos supuestos twits con contenido machista que lo hicieron dimitir. En el mismo nivel de cargo, pero en la provincia de Arauco, Silvia Prieto, declinó asumir sus funciones argumentando problemas de salud, teniendo que dar un paso al costado.
Hace pocos días se dio a conocer que el que será ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela (FRVS), deberá presentarse el martes 22 de marzo a las 9:15 hrs. junto a su abogado defensor ante el Primer Juzgado de Letras y Garantía de Peumo (Región de O´Higgins) para enfrentar una causa penal en la cual tiene calidad de imputado por el delito de violación de morada.
Algunos podrán indicar que estos nombramientos fallidos se deben a la falta de experiencia en materia de gobernanza, ingenuidad tal vez, poca rigurosidad, entre otros aspectos. Muchos podrán ser los motivos que explican lo que ha sucedido y puede que se siga repitiendo a futuro. El asunto es que no basta solo con tener una buena recomendación, un gran currículo, saber idiomas, tener postgrados, no tener antecedentes penales y ser parte de algún partido afín al oficialismo, es muy necesario que los asesores del Presidente hagan una exhaustiva revisión en redes sociales y en Internet en general para ver si existe algún flanco débil al elegir a una persona para un cargo de importancia en una administración que recién está comenzando.
Todos fuimos testigos de cómo los posteos o twits en RRSS pesaron bastante durante la época de los debates presidenciales en primera y segunda vuelta, siendo el hoy Mandatario objeto de crítica por sus comentarios a favor de Cuba, Venezuela y otras ideas que él tuvo que salir a explicar como la imagen en que aparece tomando una polera con el rostro del ex senador Jaime Guzmán acribillado.
Esta nueva forma de gobernar del Presidente Gabriel Boric se colocó como bandera de batalla no cometer los mismos errores de la vieja política y no favorecer de ninguna forma el nepotismo ni cualquier práctica poco ética, moral o delitos, siendo estos últimos los que han hecho renunciar a algunos de sus nombramientos o dejarlos en tela de juicio frente a la sociedad y la opinión pública.
A futuro, estos traspiés del Ejecutivo no pueden volver a pasar, ya que la credibilidad se empieza a perder con estos errores si se hacen repetitivos y se cometen las mismas faltas que los otros gobernantes y sus tradicionales coaliciones.