Apertura de escuelas: lo que evidencian las familias
Las familias de nuestro país valoran la educación presencial, pues el nivel de funcionamiento de las escuelas fue un elemento que tomaron en consideración a la hora de realizar la postulación a través del SAE.
Recientemente el Centro de Estudios del Ministerio de Educación (Mineduc) publicó un estudio, realizado en colaboración con investigadores del Banco Mundial, en el que buscan cuantificar el impacto de la apertura de escuelas en Chile sobre la cantidad de postulaciones en primera preferencia que recibieron los establecimientos en el Sistema de Admisión Escolar (SAE). En palabras simples, el análisis trató de identificar si los apoderados postularon a sus hijos (o pupilos) en mayor medida a aquellas escuelas que tuvieron más días de clases presenciales.
Los investigadores aplicaron un modelo de datos longitudinales, utilizando la información administrativa generada en el proceso de admisión 2022 y las bases de datos de apertura de escuelas semanal del Mineduc saliente. El estudio determinó que un mayor tiempo de funcionamiento presencial estuvo asociado a un incremento en las postulaciones en primera preferencia de cada establecimiento, representando un resultado estadísticamente significativo y robusto.
Este hallazgo da lugar a una serie de reflexiones. En primer lugar, deja en evidencia que las familias de nuestro país valoran la educación presencial, pues el nivel de funcionamiento de las escuelas fue un elemento que tomaron en consideración a la hora de realizar la postulación a través del SAE. Cabe recordar que el período de postulación para el año 2022 se realizó entre agosto y septiembre de 2021. Por esa fecha, a pesar de los esfuerzos del gobierno del ex Presidente Piñera por la apertura de escuelas y la cuantiosa evidencia, aún existía una fuerte oposición a ello, encabezada tanto por el Colegio de Profesores como por autoridades políticas (actualmente en el poder Ejecutivo). Es así como pese a la fuerte resistencia hacia la presencialidad, los resultados muestran que las familias priorizaron precisamente este factor a la hora de decidir en cuál establecimiento educar a sus hijos.
En segundo lugar, se suma una razón para que la nueva administración propicie el funcionamiento presencial de todo el sistema, con énfasis en las escuelas públicas. Durante el período de tiempo analizado por el estudio, en promedio los establecimientos particulares subvencionados mantuvieron clases presenciales durante el 65% de los días hábiles, mientras que aquellos públicos solo alcanzaron un 29% -en ambos casos, descontando los días en que las respectivas comunas estaban en cuarentena-. Si se pretende revalorizar y fortalecer la educación pública, es menester para el gobierno entrante trabajar para que todas y cada una de las escuelas del país cuente con clases presenciales durante el año escolar. La educación municipal, bajo la tutela de sus respectivos alcaldes, no puede volver a quedarse atrás, pues esto significaría un nuevo deterioro de la percepción de la educación pública por parte de las familias (y, por ende, una disminución en sus estudiantes).
Finalmente, cabe mencionar la importancia de que exista información de calidad respecto al funcionamiento de las escuelas. Es importante que las nuevas autoridades del Mineduc mantengan los esfuerzos por monitorear y transparentar el nivel de presencialidad en el sistema escolar en contexto de pandemia. Solo así podrán tomarse decisiones informadas, basadas en datos concretos, y que dan cabida a la investigación y análisis tan necesarios para las buenas políticas públicas.