Un verano para todas las vejeces
A nivel familiar, y si es posible acceder a panoramas y salidas fuera del hogar, la sugerencia es generar propuestas que vayan en línea con el bienestar integral del grupo, pero también es ideal procurar las herramientas y condiciones para que todos y todas accedan a tiempos de calidad acorde a sus necesidades.
Ana Paula Vieira es Psicóloga especialista en Gerontología y Presidenta de Fundación Míranos
Salir de vacaciones es una posibilidad para un segmento de la población durante esta época. Las circunstancias de cada persona o grupo familiar definen cómo se vive este periodo, donde el llamado es a realizar una pausa, retomar fuerzas, para luego continuar con el resto del año.
En este contexto, y como fundación comprometida con el bienestar emocional en la población de personas mayores, hacemos un llamado a reconocer la heterogeneidad de la vejez y a tender puentes con este grupo etario durante todo el año, pero en particular durante estos meses de verano.
A nivel familiar, y si es posible acceder a panoramas y salidas fuera del hogar, la sugerencia es generar propuestas que vayan en línea con el bienestar integral del grupo, pero también es ideal procurar las herramientas y condiciones para que todos y todas accedan a tiempos de calidad acorde a sus necesidades. Actividades que nos hagan sentido, o que nos permitan tomar contacto con nosotros mismos, impactan positivamente en la salud mental y física. Apelar al fortalecimiento de las relaciones intergeneracionales resulta igualmente enriquecedor.
Cuando no es posible tomar vacaciones, o bien, materializar salidas fuera de casa, la sugerencia es promover la integración de las personas mayores a la red comunitaria. Algunos municipios, por ejemplo, ofrecen talleres de verano focalizados en ellos. Estos espacios facilitan la convivencia entre pares y el apoyo social, pues previenen el aislamiento y refuerzan su sentido de pertenencia a un colectivo.
Los grupos formados por y para las personas mayores, como los que surgen desde la organización vecinal, también son una fuente valiosa de apoyo emocional, formativo, logístico e instrumental. Estas instancias contribuyen a la generación de comunidades donde sentires y necesidades confluyen y se acompañan. Sin ir muy lejos, muchos de estos espacios acogen emprendimientos de quienes necesitan mantenerse activos laboralmente, permitiendo un aporte directo a su economía y también a su sentido de realización.
Más allá de ofrecer alternativas y panoramas, promover la participación en clubes o talleres, o simplemente comprar un producto manufacturado por una persona mayor, enfatizamos en la necesidad de mirarnos con empatía. Que el verano sea una oportunidad aprovechada en ese sentido.