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Actualizado el 18 de Mayo de 2023

¿Qué pasa con los viernes?

al revisar los datos de asistencia de 16 mil estudiantes del país, vemos un patrón que llama tremendamente la atención: en todas las dependencias analizadas y todos los niveles de enseñanza se repite que el viernes es el día con menor asistencia a clases.

Por Rebeca Molina
Este dato no nos entrega respuestas, pero obligatoriamente nos lleva a plantearnos preguntas sobre nuestras creencias respecto de las razones para faltar: ¿qué pasa los viernes? ¿Será que aumenta la vulnerabilidad o se fortalecen los virus? AGENCIA UNO/ARCHIVO
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Rebeca Molina

Rebeca Molina es directora ejecutiva Fundación Educacional Presente

En Chile existe la creencia generalizada de que las enfermedades y la vulnerabilidad de los estudiantes son las principales razones del ausentismo escolar.

Sin embargo, al revisar los datos de asistencia de 16 mil estudiantes del país, vemos un patrón que llama tremendamente la atención: en todas las dependencias analizadas y todos los niveles de enseñanza se repite que el viernes es el día con menor asistencia a clases.

Este dato no nos entrega respuestas, pero obligatoriamente nos lleva a plantearnos preguntas sobre nuestras creencias respecto de las razones para faltar: ¿qué pasa los viernes? ¿Será que aumenta la vulnerabilidad o se fortalecen los virus?

En Fundación Educacional Presente llevamos 10 años estudiando las conductas de asistencia y ausentismo, y acompañando a más de 150 colegios públicos y privados a lo largo de Chile. A través de esta experiencia, hemos llegado a la conclusión de que la principal razón para faltar a clases es la baja valoración y poca información que tiene la comunidad escolar respecto de la importancia de asistir a clases.

En la práctica, esto se traduce en que los apoderados y estudiantes tienen pocos argumentos a favor de asistir a clases, lo que les lleva a optar por faltar cuando se presentan dificultades.

Bajo ningún punto de vista negamos que las familias enfrentan numerosas dificultades y desafíos diarios, necesidades económicas, dificultades logísticas, escasez de redes de apoyo y temores aprendidos. Todo lo contrario: es justamente porque están esas dificultades, que con más fuerza debemos dar mejores argumentos para ir a clases.

Enfatizamos una vez más la importancia de invertir esfuerzos en lograr que cada día de clases sea significativo y relevante para los y las estudiantes. Y en sensibilizar a la comunidad escolar respecto de la importancia de asistir todos los días a clases, desde la educación parvularia.

No podemos hacernos cargo de todas las razones para faltar, pero sí de las que tienen que ver con lo que sucede –o no sucede- en nuestros establecimientos. Invitamos a las comunidades a revisar esos factores intraescolares, para posicionar la educación como una prioridad para las familias y lograr que los escolares asistan cada día a clases.

Sólo así evitaremos que las inasistencias roben los sueños de nuestros niños, niñas y jóvenes.

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