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4 de Julio de 2023

235.000 ONG y otras fundaciones

¿Quién autoriza y después designa fondos estatales y luego ejerce el control de ejecuciones de estas fundaciones? ¿Cómo es posible que, por ejemplo, millones entregados en noviembre pasado a una de ellas en junio todavía “no se hayan ejecutado”?

Por Tomás Szasz
Solo con un drástico cambio de rumbo – y equipo – en este y otros temas llevaría a Chile de vuelta al camino de desarrollo… Déjenme expresar mis serias dudas al respecto. AGENCIA UNO/ARCHIVO
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Bueno, tuvimos una semana políticamente aún más agitada que las anteriores.

En mi artículo publicado el martes pasado en El Dínamo (escrito 4 días antes) ya mencioné las sospechas que existen sobre tantas ONG, fundaciones y etcéteras que, recién ahora empiezan conocerse, y rodean los 235.000 (¡DOSCIENTOS TREINTA Y CINCO MIL!) en nuestro pequeño país. O sea, una por cada 80 habitantes. Quiere decir que cada más o menos 30 familias estamos manteniendo, financiando y, lo peor, desconociendo esos grupos; vaya derroche, digno de un país petrolero que no sabe qué hacer con su fortuna.

¿Quién autoriza y después designa fondos estatales y luego ejerce el control de ejecuciones de estas fundaciones? ¿Cómo es posible que, por ejemplo, millones entregados en noviembre pasado a una de ellas en junio todavía “no se hayan ejecutado”? ¿Boric, en su año y cuarto de Gobierno creó 80.000 nuevos puestos “administrativos”; ¿acaso para controlarlas? Y surge la pregunta más frecuente en boca de todos :¡¿en qué país vivimos?!

Al explotar el primer escándalo de Democracia Viva, nuestro Presidente – que ya tiene a la gente harta con sus diarias apariciones, discursos soberbios y promesas de arreglar todo, como si fuese el mago que con un simple truco hará aparecer los billones de dólares para hacerlo – prometió casi a gritos, golpeando la mesa que castigará “personalmente” (sic) todos los corruptos y, muy importante, que no pone la mano en el fuego por nadie. Sin embargo, al empezar aparecer a caudales las denuncias a lo largo del país (y las excusas y explicaciones) parece que calzó sus guantes de alta temperatura a fin de proteger los suyos, cuyos chanchullos insólitos no tienen antecedentes en Chile.

Estoy escribiendo estas líneas -por si acaso- antes de que se cumplan las advertencias de Boric sobre “menos twitter” (y cualquier otro medio de difusión y opinión) seguido por uno de sus últimos decretos – según muchos anticonstitucional, pero evidentemente antidemocrático – para controlar los “fake news”; decreto evidentemente concebido por el PC y abiertamente justificado por su impecable ministra, Camila Vallejo. Decreto que parece el primer escalón para controlar la libre expresión, (después los medios y finalmente hasta nuestro aliento…).

En vez de planificar la ayuda y reconstrucción desde la Moneda, nuestro juvenil Presidente está gastando millones en viajar a zonas afectadas con una numerosa camarilla, solo para mostrar su cara y aprovechar la desgracia para promover su imagen, prometiendo a gente ingenua soluciones cuán mago que con su varita hace aparecer los billones de dólares necesarios para cumplir todas sus promesas.

Pero me estoy desviando del tema debido a mi enfado por, entre otras cosas, la corrupción que comenzó a desenmascararse en estos días e hizo cundir la indignación hasta parte del oficialismo. Quizás uno de los trucos del Mago sería reducir la cantidad de ONGs drásticamente y las platas entregadas a tantas fundaciones sin control – investigando, llevando a la justicia los culpables (¿habrá tantos fiscales y jueces?) – y destinarlas hoy a la reconstrucción de los daños causados por las inundaciones y mañana a sanear una parte de nuestra maltrecha economía.

Solo con un drástico cambio de rumbo – y equipo – en este y otros temas llevaría a Chile de vuelta al camino de desarrollo… Déjenme expresar mis serias dudas al respecto.

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