Coctelería en Barcelona
Barcelona, una de las ciudades más eclécticas y cosmopolita, resulta escenario propicio para algunos de los mejores exponentes, sobresaliendo varios que dan cuenta de uno u otro de los estilos descritos, además de un perfecto ejemplo de conjunción de ambos.
Felipe Quiroz es sibarita, amante del vino y otros brebajes.
Desde antiguo tiempo, la cantina o el bar han ido evolucionando desde la venta y consumo de bebidas alcohólicas a un espacio público de encuentro dentro de la comunidad, allí donde diversas personas confluían e intercambiaban anécdotas, visiones, relatos, ideas políticas o un buen partido de algún deporte en particular.
Comidas, tapas, raciones o picadillos, junto con diversos tragos amenizaban las tardes o noches de los
comensales que en su interior se reunían, siendo los cantineros o cantineras, psicólogos que recetaban, cual boticario, algún brebaje reponedor de penas o exaltadores de felicidad.
En lo más reciente, una conversión a lo “instagrameable” ha tomado relevancia, ya no sólo la materia prima, la preparación o el ambiente son elementos puntuables, la estética, el flair y el arte de la decoración, el llamado garnish, se han convertidos en factores relevantes para atraer públicos diversos y que, estos, compartan sus experiencias en las redes sociales.
Ambos mundos, hoy en día, son una realidad y, como no, Barcelona, una de las ciudades más eclécticas y cosmopolita, resulta escenario propicio para algunos de los mejores exponentes, sobresaliendo varios que dan cuenta de uno u otro de los estilos descritos, además de un perfecto ejemplo de conjunción de ambos.
Bar Paradiso
Responde a lo más moderno de la coctelería actual, ubicado en el centro de la ciudad, a pocas calles de la playa de la Barceloneta, se caracteriza por un trato ameno, excelentes cócteles de autor y una estética maravillosa que nos recuerda la arquitectura y la simbiosis con la naturaleza de Gaudí.
No se permiten reservas, es por orden de llegada y su barra, más bien pequeña, es bastante solicitada. Mesas y taburetes están disponibles para parejas o grupos mayores, la comida es buena, pero sus preparaciones y presentaciones destacan en la imaginación y la excelencia.
A recomendar su aromático revolution negroni, celebre y famoso coctel decorado con una rueda de canela comestible que conjuga textura, aromas y sabores.
El lugar es estimulante tanto visual como auditivamente, siendo la experiencia más bien personal o en pareja, pues en grandes grupos la conversación puede resultar un poco compleja.
Hemingway Gin & Cocktail Bar
Se encuentra en el perfecto equilibrio entre lo tradicional y lo moderno. Pequeño y acogedor, con una temática minimalista que evoca la bohemia vida nocturna del célebre escritor, permite una amena conversación de pareja o bien y sin problema, un espacio retrospectivo en su barra en forma de L.
Cantineros cercanos y siempre dispuestos a recomendar lo mejor de su carta, incluida una correcta selección de habanos, que hacen disfrutar del ambiente.
La notable y numerosa carta de gin es un plus a destacar o bien el tradicional Espresso Martini en moderna presentación. Un lugar para aquellos que desean vivir experiencias eclécticas.
Dry Martini
Un clásico, a metros de la famosa Av. Diagonal, es uno de esos lugares que se han detenido en el tiempo, siendo parte de la historia de la coctelería de la ciudad.
Elegancia y diseño, combinan armoniosamente su barra, sillones y terraza. Todo un equipo muy atento y proactivos. En sus preparaciones desatacan la velocidad y precisión de tragos clásicos, con vasto espacio para gustos y detalles personales.
Por supuesto, el famoso coctel que da lugar a su nombre es la especialidad, llevando un histórico contador de cuántas veces ha sido solicitado desde su apertura al público.
La carta de comidas es correcta y si se quiere cenar o comer, cuenta con un restaurante clandestino, al estilo speakeasy.
Ahora bien, si el mantel largo no es lo deseado, en la vereda del frente se encuentra otro dato seguro de la bohemia nocturna catalana.
Bar Torpedo ofrece cervezas artesanales y buena música en un ambiente distendido e informal. Pero, sobre todo, ofrece de las mejores hamburguesas posibles de encontrar, especialmente aquella denominada de chuletón, la cual merece todos los reconocimientos para terminar una salida de tapeos y
copas, a como Dios manda en la ciudad condal.