Aguanta el aire y nada
Las Soluciones Basadas en la Naturaleza para la mitigación de inundaciones deben ir acompañadas de un fortalecimiento de la gobernanza ambiental, una gestión apropiada del agua y un entendimiento del espacio urbano que facilite la adaptación al cambio climático.
Christian González Muñoz es académico de la Escuela de Obras Civiles de la Facultad de Ingeniería y Ciencias UDP.
El cambio climático y la crisis ambiental es una realidad que está afectando al planeta y a la vida que en este se desarrolla, incluyendo a la humanidad. Esta afectación se muestra de maneras diversas, entre ellas, pérdida de biodiversidad, impacto en la agricultura y seguridad alimentaria, propagación de enfermedades, cambios en los patrones de precipitación, sequías, inundaciones extremas con mayor recurrencia y un largo etcétera. Notablemente, los dos últimos ejemplos muestran cómo un exceso o escasez de agua representan un riesgo para la población, destacándose así la importancia fundamental de un medio ambiente equilibrado.
Puesto que recién el viernes 22 de marzo pasado se celebró el Día Mundial del Agua, quisiera compartir una reflexión sobre cómo podemos abordar estos desafíos. Para ello, quisiera comenzar utilizando una analogía, también ambientada en un entorno acuático: imagina que, tras un accidente en barco, te lanzas al mar y quedas sumergido varios metros bajo la superficie del agua. Con no mucho aire en tus pulmones, te preguntas: ¿Cómo salgo de esta situación? Seguramente tu respuesta será reteniendo el aire y comenzando a nadar. En esta instintiva y rápida respuesta, se encuentran incluidos dos conceptos claves: resiliencia (vista al contener la respiración por varios segundos, es decir, una adaptación a la situación adversa) y un propósito final (nadar para llegar a la superficie). Estos mismos conceptos deben incluirse en la búsqueda de soluciones relativas a desafíos de eventos naturales extremos.
Por ejemplo, las inundaciones históricamente han sido manejadas con infraestructura tradicional o gris, tales como canales, presas, etc. Dicha infraestructura puede no siempre ser la más adecuada ante eventos de crecida, en particular si se trata de eventos extremos. Es así como han aparecido las Soluciones Basadas en la Naturaleza, cuya finalidad es proteger, gestionar y restaurar los sistemas naturales de manera sustentable. Su criterio de diseño considera de manera integrada desafíos sociales, viabilidad económica, ganancia en biodiversidad e inclusividad (UICN, 2020, 2016). Así, soluciones de infraestructura verde como humedales construidos, zanjas vegetadas, jardines de lluvia y techos verdes facilitan la infiltración de las aguas lluvias hacia el suelo, las cuales generalmente no pueden hacerlo debido a la presencia de techos y pavimentos. En otras palabras, disminuyen el agua total que fluye hacia un cauce urbano, reduciendo así la posibilidad de su desbordamiento. Esto hace de la ciudad una más resiliente.
Las Soluciones Basadas en la Naturaleza para la mitigación de inundaciones deben ir acompañadas de un fortalecimiento de la gobernanza ambiental, una gestión apropiada del agua y un entendimiento del espacio urbano que facilite la adaptación al cambio climático (CEDEUS, 2023). Este enfoque integral de la infraestructura verde se alinea también con los Objetivos de Desarrollo Sostenible comprometidos en la agenda 2030 de la ONU, en particular, con el ODS11 sobre Ciudades y Comunidades Sostenibles.
Entonces, la respuesta instintiva y rápida debe ser la necesidad de impulsar cambios normativos que fortalezcan la resiliencia urbana, con el propósito final de asegurar un desarrollo sostenible que evite alteraciones peligrosas en el equilibrio del medio ambiente.