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1 de Julio de 2024

El impacto de integrar las asignaturas de Música y Artes Visuales en 1° y 2° básico

La música, en particular, requiere una atención especial debido a su naturaleza única como forma de pensamiento, que involucra componentes cognitivos, motrices y afectivos. El aprendizaje musical desde temprana edad ha demostrado ser crucial para el desarrollo integral de las personas. Del mismo modo, las artes visuales promueven en la infancia habilidades motoras finas, percepción visual y la interpretación, creación y reflexión en torno a imágenes, aspectos fundamentales en su desarrollo cognitivo y emocional.

Por José Alamos Gómez
La educación artística se debe defender y preservar como un pilar fundamental dentro de la formación de las personas. AGENCIA UNO/ARCHIVO
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José Alamos Gómez

José Alamos Gómez es académico de Pedagogía en Educación Artística mención Música, UCSH

La nueva propuesta curricular del Ministerio de Educación para 1° y 2° básico, que fusiona las asignaturas de Música y Artes Visuales en una única materia de Artes, añadiendo además Artes Escénicas, representa un cambio significativo en la forma de abordar la educación artística en los primeros años de escolaridad. Aunque la intención de integración puede parecer beneficiosa en el papel, existen serias preocupaciones sobre el impacto real que esta unificación tendrá en el desarrollo del estudiantado.

La nueva asignatura de Artes para 1° y 2° básico plantea dos enfoques: Haciendo Arte y Desarrollo de la Sensibilidad Estética, integrando así, música, artes visuales y escénicas en cuatro ejes formativos: experimentar, expresar y crear; apreciar, preguntar y comunicar; presentar, compartir y difundir; y leer y escribir para aprender Artes, con un total de nueve Objetivos de Aprendizaje (OA). Sin embargo, la fusión de estas disciplinas puede diluir la atención específica que cada asignatura requiere y podría poner en riesgo la profundidad en el abordaje de cada una. Además, la propuesta de leer y escribir para aprender artes es un paso importante, pero no debe eclipsar las formas de codificación propias de cada disciplina artística. La Música y las Artes Visuales tienen modos de representación propios que son esenciales para una comprensión completa y rica del mundo.

La música, en particular, requiere una atención especial debido a su naturaleza única como forma de pensamiento, que involucra componentes cognitivos, motrices y afectivos. El aprendizaje musical desde temprana edad ha demostrado ser crucial para el desarrollo integral de las personas. Del mismo modo, las artes visuales promueven en la infancia habilidades motoras finas, percepción visual y la interpretación, creación y reflexión en torno a imágenes, aspectos fundamentales en su desarrollo cognitivo y emocional. Con todo, la pérdida de asignaturas específicas de Música y Artes Visuales significaría menos tiempo y recursos dedicados a estas áreas esenciales.

La preocupación del profesorado no es infundada. En muchos casos, la unificación de asignaturas ha llevado a una reducción del tiempo y la calidad de enseñanza en cada disciplina. La experiencia nos muestra que los colegios tienden a delegar la enseñanza de estas materias fusionadas a profesores generalistas, quienes, aunque capacitados, no poseen la especialización necesaria para impartir Música y/o Artes Visuales con la misma profundidad que docentes de dichas menciones.

Además, este cambio aumentaría la brecha entre los establecimientos educativos. Los colegios de alto nivel socioeconómico pueden contratar especialistas y proporcionar instalaciones adecuadas para la educación musical y visual. En contraste, las escuelas de menores recursos deberán conformarse con una educación artística generalista, privando a su estudiantado de una formación completa y rica en estas áreas.

En suma, es fundamental que el Ministerio de Educación reconsidere esta propuesta. La Música y las Artes Visuales no son intercambiables ni complementarias en términos simples; cada una ofrece beneficios únicos y esenciales para el desarrollo del estudiantado en sus primeros años. La educación artística se debe defender y preservar como un pilar fundamental dentro de la formación de las personas, no diluido en un intento de simplificación curricular que, en última instancia, limita el desarrollo integral de nuestras infancias.

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