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Corazón de trueno

La identificación de Kilmer con su origen indígena distó mucho de ser solo palabras de buena crianza. Tras su arrollador éxito mundial logrado en superproducciones de la década de los 90, el actor se trasladó a vivir a un rancho que adquirió en Nuevo México, muy cerca de la tierra de sus ancestros. Por largos años disfrutó de ese lugar con su familia.

Fue una noticia triste para cinéfilos como yo. Me refiero a la muerte, a los 65 años, del actor Val Kilmer, conocido por sus papeles en algunas de las películas más importantes de los años 80 y 90, como Top Gun, Batman Forever y The Doors. Kilmer murió de neumonía en Los Ángeles, su ciudad natal, según informó su hija Mercedes a los medios de comunicación estadounidenses. Agregó que su padre había sido diagnosticado con cáncer de garganta en 2014, pero que se recuperó tras ser sometido a una operación de traqueotomía. Si bien ello afectó su voz y frenó su carrera en Hollywood, en 2022 volvió a la pantalla para retomar su papel de piloto de caza Iceman junto a Tom Cruise en Top Gun: Maverick. Sería su despedida.

Un año antes, en 2021, Kilmer dio a conocer un conmovedor documental en el que relataba los altibajos de su vida y su carrera. Val, que se estrenó en el Festival de Cannes, recoge 40 años de grabaciones caseras, incluida la de él hablando a través de un dispositivo electrónico para laringe tras la operación por su cáncer. Y he allí la reflexión central del filme: documentar la pérdida de una de las herramientas clave en la vida de un actor, la voz. Nacido el 31 de diciembre de 1959, Val Edward Kilmer creció en una familia de clase media de Los Ángeles. A los 17 años se convirtió en el alumno más joven en matricularse en la Julliard School de Nueva York, uno de los conservatorios de arte dramático más prestigiosos del mundo. De allí saltó a Hollywood y su ascenso fue imparable.

Pero hay un capítulo bastante poco conocido de su biografía.

Kilmer, por su lado paterno, era descendiente de la nación Cherokee, una herencia que llevó con orgullo y que lo hizo parte, en la década de los 90, de una de las películas más icónicas para los nativos americanos: Thunderheart (1992). En ella Kilmer interpreta a un agente del FBI mestizo que es enviado por sus superiores a una lejana reservación indígena para investigar una serie de misteriosos crímenes. Sus jefes esperan que su ascendencia sioux le facilite las cosas, pero pronto todo se complica. El corazón de la película es la evolución del personaje interpretado por Kilmer, desde un agente del FBI bastante frío y alejado de su sangre indígena hasta un hombre que al final está en paz consigo mismo y sabe quién es.

Grabada en territorio indígena, el filme es un crudo retrato de la Reserva Pine Ridge en Dakota del Sur, un territorio convulsionado por conflictos de larga data y que ofrece varias de las estadísticas sociales más deprimentes de todo Estados Unidos. Su origen se remonta al año 1889 como el Campo 334 para prisioneros de guerra indígenas durante la mal llamada conquista del oeste. Thunderheart retrata parte de esta dura realidad. También la lucha de sus habitantes por la defensa de sus tierras, protegidas en teoría por tratados, pero cedidas por diversos gobiernos estadounidenses a empresas mineras o a los propios estados vecinos. Pine Ridge fue una cara oculta de los Estados Unidos que impactó profundamente a Val Kilmer.

“La abuela de mi padre era cherokee, se crió en tierras de reserva en Nuevo México durante la mayor parte de su juventud, así que crecí con sus historias del Viejo Oeste y las atrocidades que se cometieron en nombre del progreso. Muchas de las historias que mi padre me contó sobre su infancia despertaron mi interés por los indígenas y sus vivencias”, declaró Kilmer al estrenar la película. Si bien su éxito en cines fue moderado, se sumó, en pleno Quinto Centenario, a superproducciones como Danza con Lobos (1990) y El último de los Mohicanos (1993) en la reivindicación de la mirada indígena por parte de Hollywood. Hablamos de un verdadero cambio de época.

La identificación de Kilmer con su origen indígena distó mucho de ser solo palabras de buena crianza. Tras su arrollador éxito mundial logrado en superproducciones de la década de los 90, el actor se trasladó a vivir a un rancho que adquirió en Nuevo México, muy cerca de la tierra de sus ancestros. Por largos años disfrutó de ese lugar con su familia. Era su refugio personal, alejado del bullicio de Hollywood y donde ha declarado pudo conectarse con la cosmovisión nativa. En 2019, a propósito de una nueva conmemoración del Columbus Day (el 12 de octubre), el actor posteó en su Facebook:

“Todos deberíamos estar agradecidos por la fuerza y el coraje de los pueblos indígenas. Los nativos americanos siempre han tenido un profundo respeto por la tierra y por nuestra conexión con este planeta. Eran ecologistas mucho antes de que esto fuera necesario. Orgullosamente estoy codo a codo con mis hermanas y hermanos nativos. En Estados Unidos he sido adoptado por dos tribus además de la mía, la Nación Cherokee. Me siento muy honrado por el reconocimiento ofrecido. Un día, pronto, el espejo de estas culturas profundamente sofisticadas nos hará aprender y ser mejores, estoy convencido que las generaciones futuras nos traerán mayor compasión y empatía”.


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{title} Felipe Bianchi