
Los datos del Censo 2024 han revelado una realidad que no nos puede dejar indiferentes. De un total de 18.480.432 personas encuestadas, solo el 17,7% corresponden a una población menor de 15 años, cifra que se sitúa por debajo del 20,1% o 29,4% que constataron los Censos de 2017 y 1992, respectivamente. Por su parte, la proporción de chilenas y chilenos mayores de 65 años ha transitado desde un 6,6% en 1992 a un 11,4% en 2017 y un 14% durante la encuesta 2024, mientras que el índice de envejecimiento poblacional – que se define como la cantidad de personas mayores de 65 años por cada 100 personas menores de 15 años- ha llegado a un 79% durante este último periodo, la cifra más alta registrada en nuestra historia.
Estos números nos posicionan con una de las esperanzas de vida más altas de América Latina. Los estudios en trayectoria de vida en gemelos indican que la forma en que envejecemos depende solo en un 30% de los factores genéticos, y un 70% de factores no genéticos. Es por esto que el envejecimiento es altamente heterogéneo entre los humanos. Todos conocemos personas mayores que están saludables y activas, mientras otras de la misma edad arrastran numerosas enfermedades crónicas, y un deterioro que afecta su calidad de vida.
El envejecimiento de la población que Chile registra no solo impacta a quienes se encuentran en esta etapa de la vida, sino que también, incluye una carga económica y emocional sobre las familias, los cuidadores y todas aquellas personas de su entorno.
Hoy en día la salud pública nacional se encuentra enfocada en tratar a los enfermos en vez de prevenir la aparición de enfermedades y, si consideramos que el envejecimiento es el principal factor de riesgo de numerosas enfermedades, es oportuno reflexionar si lo estamos haciendo bien, sobre todo cuando la experiencia de otros países como Estados Unidos, indica que un aumento solamente de 2,2 años en ausencia de enfermedades en las personas mayores, puede generar un ahorro en materia de salud de 7,1 trillones de dólares americanos.
Es por ello que, en el contexto contemporáneo, estamos llamados a repensar la forma en la que estamos enfocando nuestro desarrollo. El envejecimiento resulta solo un ejemplo que evidencia la necesidad de un abordaje holístico e intersectorial que permita ampliar la mirada ante los fenómenos complejos. Requerimos construir bases sólidas que robustezcan a la generación de conocimiento y su transferencia para avanzar hacia políticas públicas informadas en evidencia de excelencia que no solo considere una sola mirada disciplinar, sino que también incorpore abordajes inter y transdisciplinarios para observar los fenómenos de una manera más completa y que, en el caso del envejecimiento, contemple las variables biológicas, genéticas, psico-sociales, económicas, ambientales y médicas.
Actualmente, existen barreras estructurales y una gran desconexión que impiden acercar el conocimiento al diseño de políticas públicas, pues pese a los esfuerzos, aún hay aspectos de la política pública que descansan en evidencia colectada en el norte global.
Sabemos que la envergadura de la tarea es grande, pero en nuestro país existen profesionales y especialistas de las universidades, el sector privado, el Estado y las comunidades, que se encuentran dispuestos y disponibles para contribuir al país a un abordaje integral de los desafíos complejos, desde la propia identificación de la problemática, hasta la evaluación de su impacto y solución.
Ciertamente, aumentar la inversión en I+D permitiría fortalecer la investigación compleja, e intencionada que nos permita adaptarnos a las nuevas realidades demográficas, así como también contribuiría el incursionar en estrategias y marcos regulatorios con énfasis en la gestión de capacidades y el robustecimiento de la institucionalidad estable, en espacios colaborativos, y en programas de formación con miras a la transformación de los conocimientos y su transferencia a la sociedad.
El centro de nuestro desarrollo no debe dejar a nadie atrás, abordando la experiencia acumulada con miras a un país más justo y preparado.