Juego vs videojuegos
El juego, en las distintas etapas del desarrollo infanto juvenil, es fundamental. En un inicio, este es más manipulativo y sensorial, para dar paso a actividades funcionales, y más tarde, se transforma en una actividad en que se representan actividades que conocemos y creamos.
Esto prepara a los niños para actividades cada vez más creativas, simbólicas y representativas de realidades que les permiten imaginar y desarrollar actividades sociales e individuales ricas en habilidades de pensamiento, desarrollo de habilidades sociales y manejo emocional acorde a su edad. En la etapa escolar y adolescente, los juegos cambian a una actividad más relacionada al compartir, competir y desarrollar estrategias para solucionar desafíos.
Estos procesos no solo son fundamentales para generar y fortalecer habilidades propias, sino que además ponen en contacto con otros niños y adolescentes que observan, copian y crean sus propias formas para enfrentarse a estas actividades.
En contraste, las pantallas evitan y limitan la mayor parte de estas posibilidades. Por más que creamos que el desafío del juego en línea es permanente, se ha visto en estudios cerebrales que las zonas para activar son siempre las mismas y esto nunca es tan positivo en los estados iniciales del desarrollo.
Junto con esto, y tal como lo ha demostrado la pandemia, la falta de socialización no solo afecta la capacidad de interactuar, sino que también disminuye o anula la posibilidad de hacerlo adecuadamente. Ello compromete no solo el aprendizaje de los niños y niñas, sino que también de su desarrollo psicoafectivo que es fundamental en el aprendizaje y desarrollo de nuestra identidad.
Claudia Figueroa León
Académica Facultad de Ciencias de la Rehabilitación UNAB