Ex seminarista denuncia abusos sexuales por parte de sacerdotes católicos
El obispo protestante Mauricio Pulgar declaró que uno de los sacerdotes involucrados le dijo que "me enviarían al psicólogo porque no era normal que no me gustara que me tocaran".
Una nueva denuncia de abusos sexuales afecta a la Iglesia Católica. Mauricio Pulgar, quien actualmente es obispo protestante, reveló su experiencia mientras fue acólito y más tarde seminarista católico, en la que asegura haber sido víctima de abusos tanto sexuales como sicológicos. Pulgar afirmó los hechos tuvieron lugar desde que tenía 13 años de edad, cuando tenía contacto con miembros de la Iglesia Católica de Valparaíso y de la Diócesis de San Felipe.
En declaraciones formuladas a Radio Bío-Bío, el ex seminarista relató los abusos que sufrió a manos del sacerdote de Nuestra Señora del Rosario de Quilpué, José Donoso Cheliuw, ya fallecido, de quien fuera acólito personal. Sus dardos también apuntan a otro religioso de la misma parroquia, Jaime Da Fonseca, a quien acusa de maltrato psicológico.
La situación continuó mientras Pulgar fue seminarista, entre comienzos y mediados de los años ‘ 90. Señala que dentro del Pontificio Seminario Mayor San Rafael de Lo Vásquez, basado en su experiencia y observaciones, se dan insistentemente demostraciones de afecto con besos, caricias y abrazos, algo que provoca un ambiente propicio para que los niños y jóvenes sean abusados, sostuvo. Mauricio Pulgar recordó que, al momento de la confesión, el padre José Donoso insistía obsesivamente en que se arrodillara ante él y aproximara el rostro a sus genitales. “Era un niño, ingenuo, y aunque sentía que eso no era normal, trataba de no darle importancia”, expresó.
En el seminario, indicó, no sólo recibió maltratos de índole sexual. Además experimentó duros castigos, se le prohibió recibir cartas y se denigraba excesivamente la imagen de la mujer. Pulgar rememora un episodio en que el padre José Olguín, de quien dijo que fue el sacerdote que más lo abusó, cuando el joven le dijo que “yo soy hombre, me gustan las mujeres, ¿acaso a usted no?”, el religioso se molestó “y me dijo que me enviarían al psicólogo porque no era normal que no me gustara que me tocaran”. Los dichos del ahora obispo protestante constan en una declaración firmada ante notario. El escrito fue entregado a las autoridades eclesiásticas pertinentes.