El millonario negocio del ISP con la venta de animales para experimentos

“Los animales se retiran en comercialización en el mismo día del pago, para lo cual se debe traer una caja o jaula adecuada y en buen estado. En caso contrario se puede adquirir un gasto de embalaje (una caja por cada 100 ratones)”.

El anuncio que acaba de leer no es una publicación del Rastro u otro anunciador similar. Corresponde al instructivo de compras contenido en la página web del Instituto de Salud Pública (ISP), dependiente del Ministerio de Salud, que en sus dependencias de calle Marathon 1000 compatibiliza  su misión primaria de “contribuir al cuidado de la salud pública del país” con una creciente actividad económica: la venta de animales y de sangre y hemoderivados de los mismos.

Así, la institución que dirige la doctora María Teresa Valenzuela, ofrece a laboratorios privados la venta de ratas, ratones, cobayos, conejos, pollos, huevos fértiles embrionados, sangre y hemoderivados de corderos, equinos, cobayos, conejos y pavos.

Estos animales son criados en el Centro Productor de Animales de Laboratorio (CPAL) que posee la institución pública en un fundo de Chena y son vendidos para ser utilizados en experimentos de laboratorio, exceptuando su uso para la enseñanza escolar en los niveles básico y medio, debido a que está prohibido por la Ley N° 20.380 en su artículo 10, referida a los experimentos con animales vivos. 

¿Se trata de una actividad marginal y de escasa recaudación? Para nada. De acuerdo a un informe emitido por el propio ISP, en respuesta a una solicitud vía Ley de Transparencia realizada el 7 de noviembre de 2012 por  David Gómez, miembro de la Fundación Animalista “No más Vivisección”  entre 2000 y 2011, el instituto vendió  1.864.419 animales, obteniendo de estas ventas la cifra de $ 1.562.061.002. (ver detalle del informe abajo)

Llaman la atención algunos datos, como la venta de especies preñadas y lactantes. Además de algunas cifras, como la venta de 100 mil ratones por un valor de 113 millones de pesos o sangre de cordero por 17 millones de pesos.

El ISP denegó el acceso a los datos de los compradores, amparándose en el artículo 21 número 2 de la Ley de Transparencia, que protege la información reservada que pueda ser utilizada en contra de la seguridad de los involucrados.

“Los documentos en que consten los actos declarados reservados deberán guardarse en condiciones que garanticen su preservación y seguridad por un plazo de años”, dice el informe emanado del ISP.

En enero de este año, “No Más Vivisección“  acusó al ISP de sobreponer sus intereses comerciales por sobre el derecho de acceso a la información.

“Consideramos que detrás de esta negación se busca proteger, más que a personas, a relaciones comerciales. Los clientes han generado millones para el ISP y se está sobreponiendo el interés monetario por sobre la transparencia que deben tener todos los movimientos de organismos estatales”, señalaron a través de un comunicado.

Acto seguido los activistas protestaron afuera del organismo público, bloqueando el acceso de automóviles y permaneciendo acostados en el suelo unidos por tubos de PVC durante una hora, hasta que cuatro de sus integrantes fueron detenidos por Carabineros y luego fueron dejados en libertad.

Consultado por El Dínamo, el ISP declinó referirse a las razones para mantener en secreto el nombre de sus compradores y el destino final de los recursos obtenidos a través de la venta de animales. Solo de limitaron a señalar que estos son reinvertidos en el servicio.

El ISP solo se refiere a la polémica venta de animales a través de su página web donde explica que los animales, especialmente ratones y cobayos, son destinados a las “Seremis de Salud para dar cumplimiento al Programa Nacional de Vigilancia de Marea Roja”, en que se usan ejemplares de distinto peso.

Aseguran que “dentro del ISP funciona un Comité de Cuidado Animal, constituido en el 2010, encargado de velar por el bienestar de los animales de laboratorio utilizados dentro de la Institución, el cual  evalúa permanentemente la calidad y los procedimientos realizados con los animales, tan necesarios para proteger la salud de la población, al probar la inocuidad y calidad de los productos tales como medicamentos, que posteriormente son consumidos por la ciudadanía y las vacunas que previenen enfermedades transmisibles, infecciosas a los niños de Chile”.

Por último, el instituto “desmiente enfáticamente que dentro de sus instalaciones se realice vivisección, ya que ésta es una actividad que implica realizar procedimientos dolorosos con el animal vivo y sin anestesia, lo cual está reñido con lo especificado en la ley 20.380 de protección animal”. 

David Gómez, encargado de comunicaciones de la organización “No Más Vivisección”, explica que “prácticamente todo lo que uno se imagine lo han probado en animales y de las formas más horribles que se puedan pensar”. El vocero animalista asegura que es marginal la discusión respecto a si los experimentos se llevan a cabo con o sin anestesia. “Jamás se dejará de vulnerar sus derechos y necesidades más básicas, comunes entre todas las especies: vivir y no ser propiedad de otro”. “Se sabe que los animales tienen capacidad de sentir miedo, dolor, angustia, sufrimiento y stress, e incluso neurocientíficos han declarado que tienen conciencia de sí. Las similitudes en estas dos capacidades hacen que usarlos para nuestro propio beneficio sea algo éticamente cuestionable”, enfatiza Gómez.

Gómez insiste en rechazar el uso de animales para la ciencia. Y sostiene que es grave que una entidad pública como el ISP promueva y lucre con el sacrificio de animales. “Usan recursos públicos para alimentar una verdadera maquinaria de tortura animal con su venta, el destino que tienen esos animales es incierto y no hay claridad acerca de qué harán exactamente con ellos. Da lo mismo si los compradores pudieron haber usado un método de reemplazo, el ISP sólo provee sin que se den pasos en dirección a la eliminación de la vivisección”, dice.

No más Vivisección apeló ante el Consejo de Transparencia por la determinación del ISP de no proporcionar la identidad de los compradores de animales, por lo que Gómez aclara que “si se determina que el ISP debe entregar la información, la haremos pública. Si determina que no, recurriremos a la siguiente instancia que queda, la Corte de Apelaciones”.

Gómez también adelanta futuras manifestaciones. “Sin duda habrá más y éstas incluirán no tan solo al ISP, sino que a más involucrados en la experimentación en animales. Todo ésto, claro, junto a un trabajo a largo plazo para promover cambios sociales y legislativos que apunten a abolir las pruebas en animales”. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ratones de cepas CF-1, BALB/c J y C57BL/6 J: ratones albinos o de color negro, utilizados en control de calidad de vacunas y medicamentos, bioensayos de detección de toxinas marinas, estudios de reproducción, desarrollo de nuevas vacunas y medicamentos, estudios inmunológicos y transgénesis.

Cobayo Pirbrigh: conejos albinos, utilizados en controles de calidad de vacunas, medicamentos, estudios nutricionales, entre otros.

Conejo Neozelandés Blanco: conejos albinos, utilizados en controles de calidad de vacunas, medicamentos, producción de sueros policlonales, entre otros.

Huevos Fértiles: huevos de gallinas Shaver o Leghorn fertilizados, utilizados para incubar artificialmente y para la elaboración de medios de cultivo bacteriano.

Huevos Embrionados: huevos de gallinas fértiles Shaver o Leghorn, sometidos a proceso de incubación, utilizados para desarrollo embrionario y diagnóstico viral.

Sangre y Hemoderivados: sangres desfibrinadas, sangres enteras, sueros y plasmas, obtenidos de distintas especies animales, como ovinos, equinos, cobayos, conejos, pavos, son utilizados como insumos para medios de cultivo y reactivos de diagnóstico viral y microbiológico.