El extraño currículum del ex dirigente UDI vinculado al caso Caval
Acusaciones de estafa y amenazas se suceden en la historia de Juan Díaz, "El Gatito".
El dato sorprendió a quienes siguen el caso Caval: dos operadores políticos vinculados a la Unión Demócrata Independiente (UDI) se quedarían con el 50 % de las ganancias del controvertido negocio en Machalí.
Así lo confirmó Natalia Compagnon en su declaración ante la fiscalía. Los involucrados serían Patricio Cordero y Juan Díaz. Si bien del primero se sabía que había sido administrador municipal de Joaquín Lavín en Santiago y Las Condes, el segundo tenía un perfil menos conocido.
“A Juan Díaz, quien es conocido como ‘El Gatito’, lo conocí en septiembre de 2013 en medio de las negociaciones, y de él tenía muy poca información, me comunicaba habitualmente con él y dejé de hablar con él hace un par de semanas”, afirmó Compagnon en su testimonio.
Otro antecedente que circulaba sobre el “Gatito” era que había sido contactado por Pablo Longueira para desacreditar las versiones de Gemita Bueno y el “cura Jolo“, en el marco del caso Spiniak.
Un hecho que, según lo publicado hoy por El Mercurio, tiene más relación con la imagen que el propio Díaz ha formado sobre sí mismo que con la realidad. En el asunto Spiniak, por ejemplo, fue él quien se acercó a la UDI, alegando conocer a los involucrados. Y aunque efectivamente permitió al gremialismo acercarse a Bueno y al religioso, su particular estilo le jugó en contra.
Varias de las personas contactadas por el operador en esa época afirmaron que Díaz les habría ofrecido dinero: un millón de pesos porque hablaran. Sus gestiones le valieron ser acusado de extorsión, y en definitiva, fue formalizado por estafa y amenazas, causa en la cual finalmente fue sobreseído.
Otro de los elementos “míticos” del currículum de Díaz dice relación con la muerte de Jaime Guzmán. El dirigente estaba en la sede de la UDI cuando Luis Fuentes Silva, el chofer del malogrado senador llegó con éste gravemente herido. Allí, el “Gatito” y otro colaborador gremialista acuden en su ayuda, abriendo paso al vehículo rumbo al Hospital Militar. A partir de ésto se ha dicho que Guzmán “murió en los brazos de Díaz”, una versión tan repetida que hasta el fiscal Luis Toledo le preguntó a Pablo Longueira si era cierta.
En 2006 vuelve a ser acusado de estafa en Chillán, sin ser condenado. Y en 2008, el presidente de la Fundación Simón Yévenes y militante UDI, Pablo Jofré Rivano, lo acusa de alterar anotaciones marginales de la inscripción en el Conservador de Bienes Raíces, de un terreno en Lo Curro. Ambos personajes fueron expulsados del partido a causa de este entuerto.
El mismo año, Díaz es condenado como autor de estafa consumada en Curicó. Allí recibe el beneficio de la libertad vigilada, pese a que la pena original era de 4 años. Beneficio que no le impidió seguir en la misma línea, ya que en junio de 2009, en causa que aún se está tramitando, es objeto de una querella por giro doloso de cheques en Santiago.
Por todo esto, en la UDI se sorprendieron de verlo vinculado al caso Caval. En su primer testimonio, Sergio Bustos -el demandante laboral contra la firma de Compagnon y Mauricio Valero- lo caracteriza como “un operador político, oriundo de O’Higgns, mano derecha y política de Herman Chadwick y Valero“. Luego aseguró que “el Gatito” trabajaba directamente con éste último.
La relación entre Juan Díaz y el síndico Herman Chadwick -una de la cual éste reconoce arrepentirse- parte cuando el ex gremialista le ofrece a Chadwick que él puede conseguir el cambio de uso de suelo de los terrenos en Machalí, a través de la arquitecta Cynthia Ross. El síndico le cree, ya que conocía su trabajo como gestor inmobiliario, y lo contrata, involucrándose así en esta compleja trama que desde febrero complica a La Moneda.