Ni la Presidenta se salva: Burgos reconoce “problema de Estado” y 92% reprueba gestión contra la delincuencia
Los índices de delincuencia no han tenido un alza explosiva, según las cifras del Ministerio Público, pero aún así la percepción de la gente refleja su decepción con la actual administración en el manejo y control de los delitos. Si bien el gobierno se queja de que ha tenido problemas en comunicar bien la concreción de las reformas, también han fallado al interpelar a la ciudadanía, y demostrar que efectivamente pueden hacer frente a esta "percepción de crisis en la seguridad".
La anécdota la tomaron todos. Desde hace semanas que el futbolista Marcelo Díaz, que el destino provocó que su nombre y apellido fuese compartido por el ministro vocero de gobierno, se quejaba de la delincuencia en el país, tema que ha estado apareciendo intermitentemente en la agenda, a causa de diversos hechos delictuales.
Tras sufrir un “portonazo”, o un asalto mientras entraban a una propiedad, en este caso la de sus suegros, el futbolista se manifestaba frustrado, ya que a su juicio “parece que los delincuentes se tomaron el país. A mi señora le apuntaron con un arma en la cabeza (…) Hace unos días un robo afectó a Massú, ahora lo único que falta es que la delincuencia afecte a la Presidenta”.
Y así fue. Tal como si se debiera a un giro perverso en una comedia macabra, escoltas de la Presidenta fueron asaltados en un servicentro en el kilómetro 25 de la ruta 5 norte. Afortunadamente Bachelet no estaba presente aún, ya que los carabineros eran el grupo de avanzada, encargados de velar por la seguridad de la mandataria y su equipo antes de que éstos lleven adelante la agenda presidencial. En esa labor, aparentemente tras tomar desayuno, les rompieron la ventana del auto y les robaron desde ropa y placas, hasta armas. La situación tomó al país por sorpresa, los efectivos fueron desvinculados y no pocos se preguntan si luego el vocero podría tomar y calcar las expresiones preocupadas del homónimo futbolista.
Y si el gobierno se queja regularmente de “problemas comunicacionales” a la hora de plantear sus reformas a la ciudadanía, hay algo que la gente ha asumido: la delincuencia y la seguridad se ha vuelto uno de los temas más delicados. Más que mal, en otra coincidencia un poco de mal gusto, en la última encuesta Adimark -lanzada ayer-, un 92% de los chilenos consultados reprueba la gestión del gobierno en esta materia.
“Es un problema de Estado,, aquí el fracaso no es sólo del gobierno. Yo lo asumo, en los tres meses y medio que llevo (de ministro), y lo asumo como gobierno, Ministerio de Interior y Seguridad Pública. Pero es un fracaso también de las policías, de los fiscales, de los jueces”, manifestó el titular de Interior, Jorge Burgos, al enfrentar las aplastantes cifras, que ya se anunciaba su alza en desaprobación: en junio alcanzaban un 86%, y en julio se elevó a 89.
Burgos reconoce el fracaso del gobierno en este tema, como la semana pasada reconocía un “fracaso de Estado” en la IX región, a causa de los delitos que aquejan los camioneros de la zona, quienes doblegaron la mano del gobierno cuando, pese a que se prohibió el ingreso de camiones a la región Metropolitana por un día, permitieron el paso de una máquina ante Palacio.
El Ministerio Público, en cifras que presenta La Tercera, entrega antecedentes que reflejan aumentos en diversos tipos de delitos. El robo con intimidación se elevó un 6,8% desde el semestre enero junio del año pasado. La cifra no es explosiva pero claramente hay un susto del que nadie se ha hecho cargo aún.
Si bien en el Congreso se ha intentado llevar adelante la agenda corta antidelincuencia, y ayer se aprobó el control preventivo de identidad -con una serie de precisiones como que esto pueda realizarse en cualquier lugar, sólo por un máximo de cuatro horas y sumar factores para hacer efectiva la ley antidiscriminación o ley Zamudio- el diputado DC e integrante de la Comisión de Seguridad Ciudadana, Gabriel Silber (DC), explica este nivel de desaprobación con que el gobierno “no logra sintonizar en el sentido de urgencia que la ciudadanía demanda de nosotros en materia de delincuencia”. La postura sería transversal, ya que su par RN, Gonzalo Fuenzalida, fustigó a la actual administración e indicó que “se necesita liderazgo y coraje, atributos que el gobierno hoy no ha tenido. Frente a la delincuencia no se puede tener un discurso tibio o dudoso”.
Es más: esta mañana la situación habría alcanzado un nuevo límite, después de que tuviera lugar un atentado incendiario en la comuna de Ercilla, provincia de Malleco. Cerca de 10 individuos interceptaron un camión de carga que viajaba desde Coronel a Puerto Montt. “Ministro Burgos, no llores por la paz en La Araucanía”, rezaban los panfletos que quedaron en el lugar. Los camioneros, que dieron un plazo de dos semanas al gobierno para que les entregaran una propuesta para solucionar sus problemas de seguridad en la zona, anunciaron que solicitarán a Burgos la aplicación de la Ley Antiterrorista, lo que concretará el recién nombrado intendente de la zona, Andrés Jouannet. La administración actual busca actuar con rapidez: a las 11 de esta mañana fueron citados el Subsecretario de Interior, Mahmud Aleuy, el General Director de Carabineros, Gustavo González Jure, el subsecretario de Prevención del Delito, Antonio Frey, y el director de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), Gustavo Villalobos, para justamente abordar la situación de la región de la Araucanía.
Más que palos de ciego, aquí la disyuntiva radica a si esta percepción tan terrible respecto de la delincuencia -que un análisis rápido derivaría en una conclusión como que la mayoría del país cree que el gobierno ha perdido esta batalla- es sólo percepción o se traduce en la ejecución de delitos. Las cifras indican un alza leve, versus el 92% de Chile que reprueba la gestión de la administración actual. Aunque Burgos asuma la culpa, y luego la haga compartida, aún faltan medidas, y la gente sigue esperando una respuesta de los deje satisfechos.