Playa Grande de Cartagena. Arena y sol. El mar azul. Un hombre corre desesperado al mar perseguido por dos carabineros. Una mujer acaba de identificarlo como el hombre que la atacó sexualmente la noche anterior. Hugo Espinoza, camarógrafo del Canal 2 de San Antonio, estaba ahí, y no dudo en registrarlo todo en una crónica audiovisual que sin duda pasará a la historia.
A los dos carabineros se suman tres salvavidas. El prófugo corre por la orilla y después se mete al mar. Llegan más carabineros. Y más salvavidas. El hombre se refresca en el océano Pacífico mirando desafiante al grupo de hombres que intenta darle caza.
Capea olas con estilo y ese caminar tumbao con la pelvis y el estómago hacia adelante y hombros hacia atrás que tienen los hombres que no conocen el miedo.
Al lugar llega a toda velocidad y el sonido lisérgico de las sirenas, captada por la cámara de Espinoza con un plano estilo Baywatch, una camioneta de la Policía Maritima con cuatro oficiales a bordo. Llega otro grupo de salvavidas. La gente se aglomera y espera expectante la resolución del caso.
Finalmente, y tras 45 minutos de arena, sol, persecución, acción, desafío, confusión, velocidad, arrojo, la historia culmina con el hombre siendo capturado y apresado por una decena de hombres. Después es subido a un carro policial, entre los aplausos del público que, con los antecedentes de ese momento, pensaba que se estaba haciendo justicia.
Ahora, después la historia tiene un giro que hace que el registro y la crónica sea todavía más genial e inolvidable. Según publicó el sitio Soy San Antonio, la PDI aseguró que se trataba de un caso de despecho y no de abuso sexual, pues la relación entre el hombre y la mujer había sido consentida, por lo que, por lo menos, si es que no hay otro vuelco, el prófugo Aquaman era inocente.
