Caso Matute: ministra confirma ingesta de fármaco y acusa que Carabineros y PDI destruyeron evidencia
Ministra en visita reveló informe investigativo por la muerte de Jorge Matute.
La ingesta de una droga para que perdiera la conciencia y la destrucción de evidencia por parte de Carabineros y la Policía de Investigaciones (PDI) son las conclusiones del informe investigativo de la ministra en visita Carol Rivas sobre la desaparición y muerte del joven Jorge Matute Johns.
La magistrada de la Corte de Apelaciones de Concepción, Carol Rivas, otorgó acceso total al sumario de la causa a los familiares de Jorge Matute Johns, el que hasta la fecha se mantenía en reserva, con lo cual se pudieron conocer los principales resultados de la investigación, que se inició tras la desaparición del joven en 1999 y que aún no tiene condenados. La ministra Rivas tomó la causa en julio de 2014.
En el informe investigativo, desarrollado junto a la Brigada de Homicidios de la PDI, se clarifica que el deceso de Jorge Matute fue producto de la ingesta del fármaco pentobarbital, usado en varios ocasiones en casos de abusos sexual para que la víctima pierda la conciencia.
Así, la ministra Rivas -que tomó la causa en julio de 2014- descartó las tesis preliminares de Carabineros y la PDI, que apuntaban a una golpiza, y centró la investigación en el suministro del fármaco para inhibir su voluntad y agredirlo sexualmente.
La ministra explicó que en 2015 tuvo acceso a una hipótesis que hasta ese momento era desconocida, denominada “Hoja de Parra”, nombre puesto a la droga (pentobarbital), la que fue desechada por la PDI a pocos días de la desaparición del universitario, y que estuvo 15 años archivada en una bodega.
La mayoría de los involucrados en el caso “tenían una doble vida y buscaban tener sexo homosexual de modo casual y anónimo, aprovechando que los jóvenes se encontraban privados de sentido”, tras agregar drogas en los tragos de los jóvenes, principalmente en discotecas alejadas de Concepción, lugares en que luego les ofrecían trasladarlos en sus vehículos.
Dos testigos declararon, a sólo días de que Matute había desaparecido, que le dieron un fármaco en un trago para que perdiera la conciencia.
En esta línea investigativa, 12 sospechosos -en su mayoría mayores y con recursos económicos- no fueron investigados por el comisario Carlos Stuardo, quien llevó la indagatoria los primeros 10 días.
“Esta línea incluso nos llevó a cuatro víctimas de situaciones semejantes: perdieron la conciencia por haber aceptado un trago y amanecieron al día siguiente en un departamento, su casa o en diferentes lugares sin saber cómo llegaron ahí, pero con evidencias de haber sido violentados sexualmente”, aseguró Rivas, según publica el Poder Judicial.
La razón para este proceder respecto a los antecedentes, según la ministra, se debió a problemas de coordinación, competencia y recelos entre ambas policías, así como entre los funcionarios venidos de Santiago y los que trabajaban en la zona.
“Lo que hubo aquí fue una cantidad insuperable de errores que provinieron de una falta de coordinación y de conocimientos. Carabineros con la Policía de Investigaciones se enfrentaron entre ellos para ver quién llegaba primero. Destruyeron sitios del suceso, destruyeron evidencia, porque cuando ellos toman los testigos los presionan y oprimen hasta destruirlos como testigos; generaron líneas de investigación total y absolutamente irracionales; lo que hacían unos era desconocido por los otros, cero coordinación”, acusó Rivas.
“A su vez, quienes venían de Santiago tenían cero conocimiento de la realidad de la entretención en Concepción. Creo que los errores vinieron precisamente de no entender cómo se divertían los jóvenes en esta ciudad; qué significaba una fiesta electrónica; qué tipo de asistentes concurrían; qué tipo de drogas se utilizaban como entretención, y a qué fármacos acudían los jóvenes con esa misma finalidad, sin ser ni cocaína ni marihuana”, agregó.
Si esta línea de investigación no se hubiese desechado, explicó la ministra Rivas, el resultado de la indagatoria hubiese sido muy distinto al día de hoy, en el que tras 18 años de ocurridos los hechos –con 7 de los 12 sospechosos muertos y los 5 vivos descartados– y con testigos inubicables o no identificados en 1999, “es difícil reconstruir la verdad y las responsabilidades”.
Manifestó además su gran frustración y decepción por no poder “encontrar la verdad completa”.
“Si bien podía no encontrar la justicia que quería la familia Matute, porque ellos querían procesamientos y eventualmente ahí chocábamos con una eventual prescripción, lo que yo esperaba era encontrar la verdad completa y decirle: a su hijo se lo llevó tal persona y le hizo esto”, confidenció.