Carta de Carmen Gloria Quintana tras condenas en Caso Quemados: “Nada podrá reparar el daño y más de 40 operaciones”
La hoy activista publicó una misiva a propósito de las condenas contra 11 militares, a 32 años del ataque.
Este jueves, el ministro Mario Carroza condenó a 11 ex militares por su responsabilidad -como autores y testigos- en el violento ataque que terminó con la muerte del fotógrafo Rodrigo Rojas de Negri y el homicidio frustrado de Carmen Gloria Quintana en julio de 1986, lo que se ha conocido como Caso Quemados.
Julio Castañer González, Iván Figueroa Canobra y Nelson Medina Gálvez fueron condenados a 10 años y un día de cárcel, mientras que los otros ocho ex uniformados fueron sentenciados como cómplices a tres años y un día, con el beneficio de libertad vigilada.
Quintana publicó una carta a propósito de este hecho, a 32 años del ataque, afirmando que recibe la noticia “con alegría al saber que finalmente se estable la verdad oficial que desde el principio los testigos y yo declaramos, situación que la dictadura y la derecha trato de ocultar y distorsionar. Ya nadie puede negar la evidencia”.
“Esta es LA VERDAD que quedara para la historia: dos jóvenes que luchaban por la democracia fueron quemados vivos por militares de la dictadura cívico militar de Pinochet. Rodrigo Rojas falleció con el 65% de su cuerpo quemado y yo sobreviví con el 62% de mi cuerpo quemado”, explica la activista por los Derechos Humanos,
Sin embargo, “nada podrá reparar el daño que debió afrontar mi familia y yo, desde el largo y doloroso tratamiento médico que significo más de 40 operaciones, sesiones de rehabilitaciones físicas y psicológicas de anos, que implico en lo personal muchos duelos, aceptar la desfiguración de mi cuerpo y tratar de reconstruir mi vida con 18 años”.
“(Hay una) parte moral familiar, cuando fuimos perseguidos, mi hermana encarcelada por ser testigo, amenazados de muerte, afrontar el exilio, reconstruir la vida familiar en otro país, con el costo emocional que implico para todos, padres separados, familia dispersa entre Chile y Canadá, abuelos que no vieron crecer sus nietos”, agrega.
En esa línea, Quintana asegura que “los militares fueron condenados a bajas penas considerando el horror de lo que cometieron: quemar dos personas vivas. No sé qué pasara, si los militares cumplirán finalmente sus exiguas penas o no. Después de 32 años de impunidad hay que cuestionarse la importancia de que la justicia llegue a tiempo y hago un llamado a reflexionar a los jueces y pensar su rol en la impunidad biológica, en el hecho que muchas personas víctimas de la dictadura y familiares de Detenidos Desaparecidos hayan muerto sin respuestas, sin verdad, sin justicia y sin saber aun donde están sus seres queridos”.
“Los militares aún se mandan solos y no solo ocultan la información de las violaciones a los derechos humanos a los tribunales, al poder ejecutivo y al legislativo. Por otra parte, los partidos políticos también son responsables con los pactos de impunidad, con el negacionismo, con la instalación del secreto de 50 años que pesa sobre el informe Valech, con los pactos de silencio, que ellos toleran en las fuerzas armadas“, dice en el texto.