Qué es el TIAR y cuándo se ha aplicado en Latinoamérica
Una de las principales críticas que ha recibido su invocación como estrategia continental es que su uso ha estado marcado por los intereses de Estados Unidos.
El pasado 11 de septiembre, la Organización de los Estados Americano (OEA) aprobó la una resolución para constituir el Órgano de Consulta del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) con el objetivo de intervenir en la crisis política y social que se vive actualmente en Venezuela.
Los Estados Parte del TIAR, entre los que se incluye Chile, consideraron para su aprobación lo establecido en el artículo 6 del TIAR, al considerar que la crisis en Venezuela tiene un impacto desestabilizador, representando una clara amenaza a la paz y a la seguridad en el hemisferio.
Allí se señala además que los firmantes deben tomar medidas en ayuda del país que reciba una agresión que no sea armada, con el fin de establecer una defensa común y para el mantenimiento de la paz y la seguridad del continente.
La petición para establecer este mecanismo de defensa común fue hecha por el Gobierno de Colombia, con el apoyo de Estados Unidos y Brasil.
La resolución fue aprobada con 12 votos a favor (Venezuela, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay, República Dominicana), 5 abstenciones (Trinidad y Tobago, Uruguay, Costa Rica, Panamá, Perú) y 1 ausente (Bahamas).
Adicionalmente, la OEA resolvió “informar al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas del texto de la presente resolución y de todas las actividades relacionadas con este asunto”.
A pesar de las críticas que recibió Sebastián Piñera por el voto favorable a esta decisión, no es la primera vez en los más de 70 años en que este tratado está vigente en que Chile expresa su opinión a favor o en contra del apoyo de los demás países latinoamericanos.
La “OTAN Latinoamericana”
El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) fue firmado por 21 países el 2 de septiembre de 1947 en Río de Janeiro, por lo que también es conocido como Tratado de Río, y entró en vigencia un año después.
El principal objetivo de este acuerdo, impulsado por Estados Unidos en plena Guerra Fría, fue establecer un pacto de defensa mutuo, por lo que comúnmente es señalado como “la OTAN latinoamericana”.
Los países que actualmente forman parte del TIAR son Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, EE.UU., El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Panamá, Paraguay, República Dominicana, Uruguay, Trinidad y Tobago y Bahamas.
Por su parte, los países que se retiraron son Perú (en 1991), Bolivia (en 2012), Cuba (en 2012), Ecuador (en 2014),
México (en 2002), y Nicaragua (2012).
Venezuela había renunciado al TIAR en 2013, pero la Asamblea Nacional, liderada por Juan Guaidó, solicitó su reincorporación en 2019.
El objetivo de Guaidó sería buscar el apoyo regional para la realización de elecciones en Venezuela.
El mecanismo fijado establece que los cancilleres de los países firmantes deben reunirse ante el pedido explícito de uno de ellos que se sintiera afectado por otra nación. En esta ocasión, dicha reunión quedó fijada para el lunes 23 de septiembre.
Una de las principales críticas que ha recibido su invocación como estrategia continental es que su uso ha estado marcado por los intereses de Estados Unidos.
El TIAR ha sido invocado al menos 20 veces desde su creación. El tratado fue invocado para aprobar las invasiones a República Dominicana, Nicaragua y Panamá y fue un respaldo a la política norteamericana durante “la crisis de los misiles” con Cuba, en 1962, prohibiéndose la entrega de armas a la isla.
Asimismo, no fue aprobado durante la fallida invasión a Bahía de Cochinos, ya que Cuba no era miembro del TIAR en ese momento y su intervención evitó que los conflictos entre Costa Rica y Nicaragua y entre Honduras y El Salvador terminaran en guerras entre países vecinos.
La injerencia de Estados Unidos sobre los demás países de la región ha tenido varios capítulos en que ha quedado demostrada.
En 1983, el TIAR aprobó la invasión norteamericana a la isla caribeña de Granada, fundamentando la acción militar en la pérdida de la democracia en la isla, por sus acercamientos con el bloque soviético, lo que representaba “una amenaza” para los intereses estadounidenses.
Otro ejemplo fue lo ocurrido tras los ataques a las Torres Gemelas en septiembre de 2001. En ese momento, mientras José Miguel Insulza era el secretario General de la OEA, el presidente George W. Bush solicitó los apoyos de Argentina y Chile para convocar una reunión de urgencia de dicho organismo y activar el TIAR.
Sin embargo, México se negó con considerar el TIAR como “obsoleto”, anunciando su retiro posteriormente.
El abandono de Argentina en Las Malvinas
Uno de los momentos en que el TIAR fue puesto a prueba fue durante la Guerra de Las Malvinas, que enfrentó a Argentina con el Reino Unido en 1982.
En ese momento, fue un rotundo fracaso, a pesar de que en ese momento se invocó el artículo 3 del TIAR, en el que se señala que un ataque armado por parte de cualquier Estado contra un Estado americano, será considerado como un ataque contra todos los Estados americanos.
Fue en abril de 1982 cuando el canciller argentino Nicanor Costa Méndez convocó el TIAR para pedir ayuda frente al conflicto que estalló ese mes en las islas del Atlántico Sur.
El Gobierno argentino buscó el apoyo regional frente a la proximidad de la flota británica a las islas que reclamaban como propias, al considerarlo una amenaza a la paz en el continente.
Argentina solicitaba que los países firmantes acordaran represalias económicas o diplomáticas contra el reino agresor, lo que debía ser aprobado por mayoría. Se descartaba así el uso de la fuerza, lo que debía ser decidido autónomamente por cada país.
La asamblea aprobó por 17 votos en favor, ninguno en contra y cuatro abstenciones una declaración que reconocía la soberanía argentina sobre el territorio insular, instando a ambos países a terminar con las hostilidades. Sin embargo, el acuerdo fracasó por la ausencia en la sesión del secretario de Estado estadounidense, Alexander Haig.
Un mes después, Argentina volvió a pedir la aplicación del tratado. En la votación, se abstuvieron Estados Unidos, Colombia, Chile y Trinidad y Tobago, por lo que el TIAR se pronunció en favor de Argentina. La principal razón esgrimida por estos países fue que Argentina habría provocado al conflicto armado al reclamar la soberanía de las islas.
Pero el apoyo no se llegaría a concretar, debido a los temores de México y Brasil de futuras represalias, y porque Estados Unidos prefirió apoyar finalmente a Inglaterra como miembro de la OTAN.