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Con banderas suecas: largas filas en inauguración de IKEA en Santiago

La sucursal de artículos para el hogar abrió sus puertas en el centro comercial Open Kennedy en la comuna de Las Condes.

Este miércoles 10 de agosto se inauguró la primera tienda de IKEA en Chile que cuenta con 15.000 metros cuadrados y tres pisos.

Se trata de la sucursal de artículos para el hogar de origen sueco que abrió sus puertas en el centro comercial Open Kennedy en la comuna de Las Condes.

Para aprovechar las primeras horas de la tienda a nuestros país, cientos de personas realizaron largas filas en el exterior del recinto comercial esperando ser los primeros en ingresar a IKEA y poder así participar en decenas de concursos que se realizarán durante la jornada. 

Además, se espera que durante 2022 se inaugure la segunda tienda de IKEA en Chile, la que estará ubicada en el Mall Plaza Oeste, en Cerrillos.

Marcel: “Señal de confianza en la economía”

Durante la apertura de la tienda, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, señaló que se trata de “una inversión importante y una señal de confianza en nuestra economía” y que la llegada de la tienda “se materializó con una inversión muy significativa, cercana a a los 100 millones de dólares”.

“También es una inversión en infraestructura y empleo para cerca de mil trabajadores, que por supuesto que es importante en estos días en que nos preocupamos por la actividad económica”, agregó el secretario de Estado.

Cómo comprar online en la tienda de IKEA Chile

Según detallaron desde IKEA Chile, la página web permitirá comprar los mismos productos que se ofrecerán en la tienda física.

Se espera que durante la jornada, la tienda habilite su plataforma web en IKEA.cl.

 

 
 
 

 

 
 
 

 


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Opinión

Bergoglio y la cruz

Los años de jesuita castigador, de jesuita disciplinador, construyeron ese carácter resistente, duro, pero al mismo tiempo luchador, recio, que fue su marca de fábrica. Los zapatos sencillos, las habitaciones de hotel sin estrellas, los ejercicios de humildad que venían acompañados de su nombre —Francisco, el santo que se hizo pobre a sí mismo— no fueron más que una necesaria operación de marketing.

Rafael Gumucio