Víctimas de abuso sexual logran acuerdo reparatorio con el Obispado de Valparaíso y desisten de demanda
Luego de dos años de trámites, se cerró la causa donde cinco ex seminaristas demandaron al Obispado de Valparaíso por no responder en casos de violación, abusos sexuales y de conciencia.
Fueron dos años de tramitación y el proceso legal se resolvió con un acuerdo reparatorio. Cinco ex seminaristas desistieron de una demanda de indemnización y perjuicios en contra del Obispado de Valparaíso por no responder en casos de violación, abuso de conciencia y abusos sexuales.
Buscaban un pago de 1.125 millones de pesos, según la acción interpuesta en la Corte de Apelaciones porteña. Sin embargo, los cinco demandantes finalmente accedieron a un monto de $200 millones, es decir, los ex seminaristas del Seminario Mayor de San Rafael de Lo Vásquez Marcelo Soto, Sebastián del Río, Gustavo Donoso, Marcelo Rodríguez y Mauricio Pulgar (quien próximamente lanzará el libro “El Denunciante”) serán indemnizados con $40 millones cada uno.
Todos ellos acusaron de abuso sexual y violación a dos sacerdotes: Jaime da Fonseca y Humberto Henríquez. A ellos se suman otras tres autoridades como encubridores de los delitos: Mauro Ojeda, Javier Prado y Gonzalo Duarte. Los demandantes apuntaron que “se trata de culturas abusivas y del silencio, encubrimiento y negligencia”.
“Se han desarrollado durante décadas. Nuestras experiencias dan cuenta de una ceguera estructural de la Iglesia Católica que le impidió ver los signos obvios que ocurrían y que permitió que incurriera en una negligencia instalada en la estructura del poder de la organización”, da cuenta el libelo.
El mensaje del Obispado de Valparaíso en el acuerdo reparatorio
En este acuerdo, el Obispado de Valparaíso sostiene que “sin perjuicio del pago ofrecido y aceptado, declara su plena adhesión a la condena universal manifestada por su Santidad respecto de los abusos”. Además, establece la voluntad institucional para acompañar a cada víctima y la disposición para asistirlos personalmente.
“Se rechaza toda forma de abuso o daño que hubiese padecido el demandante por las indignas conductas personales de algunos clérigos”. Pero no fue todo: “la Iglesia de Valparaíso le pide al demandante y su compareciente, humilde y sinceramente, perdón por todo el dolor y la afectación sufridos por él”.