Trabajadores del aseo y Uber: las piezas claves para desbaratar el robo en el Mideso
Elena Rojas quedó con arresto domiciliario y Miguel Apablaza seguirá en la cárcel tras la audiencia de formalización por este caso.
Mientras la oposición presentaba sus descargos y exigía la renuncia del ministro Giorgio Jackson, el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago comenzaba la audiencia de formalización de las dos personas acusadas de participar en el robo de 23 computadores y una caja fuerte desde las oficinas del Ministerio de Desarrollo Social (Mideso), ubicado en calle Catedral.
La trama de este caso comenzó pasadas las 22:00 horas del miércoles 19 de julio, cuando tres sujetos llegaron hasta las dependencias de la cartera para retirar estos objetos tras un llamado que supuestamente había realizado el secretario de Estado. Según el relato del guardia de la empresa HM Seguridad Spa, él conversó con una persona que se identificó como Jackson y siguió todas sus instrucciones al dar datos precisos de cómo desenvolverse, incluso, para encontrar un napoleón para cortar candados.
De acuerdo a este trabajador, como quedó expuesto en el tribunal, Miguel Apablaza se hizo pasar por Giorgio Jackson desde la cárcel de Puente Alto donde cumple una pena por robo. Durante la llamada le dijo al encargado que tres sobrinos irían por los equipos y que personal iría a fumigar para sacar la caja, manteniéndolo al teléfono por más de 40 minutos. Fue allí cuando aparece en escena, América, trabajadora del aseo que descubrió el engaño.
Según declaró, el guardia estaba en una llamada, pero sólo se veía una foto de perfil del ministro. En el tercer piso encontró computadores apilados y como todo le pareció extraño, los escondió. Luego de eso llamó a sus jefes y se resguardaron ante un posible peligro con los delincuentes. Pero no fue lo único, pues tuvo un breve contacto con Apablaza, quien al ver que la mujer se dio cuenta del “cuento del tío” y expresó antes de cortar la llamada: “Mira, te cagué, conchatumadre (sic)”.
Chofer de Uber también fue clave
La acción de la trabajadora fue fundamental para evitar el robo de más especies desde las dependencias del Mideso. Sin embargo, no es la única intervención que sirvió para dar con el paradero de los responsables.
Con el botín en la mano, los asaltantes escaparon en dirección desconocida. Para reducir el material, según se contó en la audiencia de formalización, Apablaza contactó a su abuela Elena Rojas, mujer de 60 años con antecedentes penales, quien recibió los computadores.
Un chofer de la aplicación Uber recibió una alerta en su teléfono y fue contactado bajo la modalidad que funciona sin pasajeros sólo para enviar todo tipo de encargos. Llegó hasta las afueras del Mideso, donde recibió los notebooks en bolsas de basura y los llevó hasta Renca. Esta mujer los recibió en el pasaje Río Cachapoal y pagó 8.770 pesos por el traslado mediante una transferencia electrónica.
Al día siguiente, este conductor vio las noticias y se acercó a la Policía de Investigaciones (PDI) para contar lo sucedido. Además, su testimonio sirvió para identificar a Rojas como la persona que recibió estos equipos y por las que recibió la medida cautelar de arresto domiciliario total por su rol de encubridora, mientras que su nieto quedó en prisión preventiva. Ambas medidas cautelares se aplicarán durante los 120 días que dure la investigación.
Ambos hicieron uso del derecho a guardar silencio en una historia que comenzó con “sospechas” de La Moneda por un supuesto “robo político” y “poco común” al concretarse, justo cuando Desarrollo Social enfrenta investigaciones por el Caso Convenios. Si bien esta fue la postura inicial del Gobierno, luego el ministro (s) Manuel Monsalve dio cuenta del giro de los peritajes y descartó persecución.
¿Y la caja fuerte?
Si bien Carabineros recuperó en un breve periodo los 23 computadores, la caja fuerte y las personas que llegaron con overoles blancos y mascarillas como supuestos sobrinos del ministro Giorgio Jackson que protagonizaron el robo en el Mideso aún no aparecen. El contenido de está cámara de seguridad no había sido detallado y hasta antes de la cita en tribunales sólo se sabía que había garantías de convenios vía trato directo.
La fiscal María José Grez agregó más datos respecto a este objeto del cual, hasta las 14:25 horas cuando terminó la audiencia, se desconocía su paradero. Contó que fue trasladada después de sacar los computadores y que había una segunda que no fue tomada por los asaltantes que luego huyeron en un vehículo Chevrolet de color gris.
“La cargaron en un carro, subiéndola posteriormente a este vehículo en el que llegaron al lugar, retirándose con la caja fuerte y las especies”, confirmó la persecutora.
La caja fuerte contenía talonarios de cheque de cuatro cuentas corrientes, una tarjeta de crédito del BancoEstado, token obsoletos de apoderados antiguos eliminados del BancoEstado, timbres relacionados con el área de tesorería del Ministerio, una boleta de garantía Claro por $500 mil, dos boletas de garantía a nombre de la Fundación Luxemburgo por $25 millones y $36 millones y otras ocho boletas de garantía que constituyen $97 millones.
“El grupo de boletas de garantía suman un total de 62 millones. Asimismo, dentro de la caja fuerte existían boletas de garantía relacionadas a otros expedientes”, ratificó Grez en la audiencia por el robo en el Mideso.