VIDEO – “No olvido su abrazo”: el emotivo recuerdo de Isabel Allende de la última vez junto a su padre
La senadora e hija del fallecido presidente, recordó la última vez que lo vio antes del bombardeo a La Moneda.
La senadora Isabel Allende (PS) protagonizó un conmovedor discurso durante el acto conmemorativo por los 50 años del golpe de Estado, donde entregó detalles de cómo vivió ese 11 de septiembre de 1973, luego de llegar a La Moneda junto a su padre, Salvador Allende, minutos antes de que comenzara el bombardeo.
“He tratado de hacer un relato, créanme, no ha sido fácil, más bien ha sido triste y doloroso. Me tocó ser la última persona del entorno de mi padre en el Palacio ese día, junto a otras personas. Teníamos un mandato que contar lo que pasó entonces, lo que significaba la Unidad Popular y también la barbarie que comenzaba a imponerse”, comenzó señalando, evidentemente emocionada.
Es así como detalló que ante las últimas noticias respecto del alzamiento militar, logró ingresar al Palacio por la puerta en Morandé 80, la que su padre solía utilizar.
“Eran cerca las nueve de la mañana cuando logré entrar a Morandé 80. Mi hermana Beatriz, ‘Tati’, trabajaba en la secretaría privada con mi padre. Y aunque tenía un embarazo de siete meses, nunca dudó de estar al lado de mi padre, en la resistencia y la defensa de la democracia“, relató la senadora.
El último abrazo
En su discurso, Allende recordó que “a pesar del fuerte ataque de blindado de infantería, sabiendo que venía un bombardeo aéreo, ninguna de las dos queríamos partir. Pero no estábamos solas, el presidente tampoco. Me tocó ver un extraordinario grupo humano que lo acompañaba más allá de sus responsabilidades y que tenía decidido quedarse hasta las últimas consecuencias. Esos más de 40 hombres y mujeres que estuvieron ese día en La Moneda y en los edificios de los alrededores, actuaron con lealtad, convicción y amor al proyecto colectivo construido”.
Isabel Allende aseguró que su padre, Salvador Allende, “antes de exigirnos, yo diría casi implorarnos, que saliéramos junto a mi hermana Beatriz, Frida Modak y Nancy Julien, caminamos aún incrédulas por el costado de esta plaza desierta, porque ya venía el vuelo de los aviones para destruir el Palacio de Gobierno y nos pidió que denunciáramos lo que estaba ocurriendo, que fuera una lección moral para los que atentaban contra la libertad“.
“No olvido su último abrazo, su calidez, su amor infinito, su amor (…) Si bien ese negro 11 de septiembre es inseparable de su nombre, mi padre tuvo una larga trayectoria de un liderazgo muy especial. Forjó un camino pensando en las mayorías del país”, dijo, recibiendo el aplauso de los presentes.