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Actualizado el 19 de Marzo de 2024

Seguridad, tranquilidad, paz

La tolerancia cero no significa estar matando gente en la esquina sin ton ni son; se trata de una eficiente y suficiente preparación para apuntar al mal cuidando al tiempo el bien, a nosotros, los simples ciudadanos.

Por Tomás Szasz
Para empezar, debemos tener un servicio de inteligencia no acorde sino superior al tamaño de la criminalidad. AGENCIA UNO/ARCHIVO
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Tomás Szasz

Tomás Szasz es Tomás Szasz

Si alguien sigue, no día a día sino minuto a minuto lo que pasa alrededor del tema más álgido, la seguridad en Chile, es probable que deba recurrir a un siquiatra. Mientras Carmona (PC), rechaza “sacar a la calle a los militares”, pero va a “escuchar con atención cuál es la propuesta que se hace”; mientras el Presidente (CS) – cuya más cercana ministra pertenece al partido de Carmona – no lo descarta y está “despejando el escenario incluso para hacerlo por medio de un decreto” si el Parlamento no aprueba urgente al RUF (Reglas del Uso de Fuerza); el alcalde Carter (RN) quiere soldados YA; Matthei (UDI) está pensándolo mejor; Jadue (PC) amenaza prácticamente con un levantamiento si aparecen fuerzas armadas en su barrio (paradójicamente, sería inevitable el uno sin el otro); Vodanovic (RD) va de rodillas a la Moneda pidiendo “milicos”…

¿Comprenden por qué necesito un buen “shrink”? Ni oficialismo, ni oposición están de acuerdo, ni en la arena pública, ni en su grupo. Si no fuese que entre tanto el crimen organizado, el narco, las bandas internacionales y locales, ni hablar de los delincuentes usuales están alegremente creciendo, asesinando, secuestrando, ocupando territorios, robando, asaltando, tendría que pensar que es una comedia negra y desternillarme de risa. Como lo hacen los susodichos.

Tres cosas son evidentes: I, que las fuerzas de orden no tienen suficiente capacidad de controlar, menos aún a disminuir el crimen; II, que las fuerza armadas no están especializadas – ni tienen muchas ganas de participar – en esas tareas; y III, que en lugar de satisfacer el gustillo ideológico de cualquier bando decidan sentarse todos los involucrados en una gran mesa para forjar una estrategia (como hicieron los de la Comisión de Expertos) que, tenga un viso de realidad, un propósito realizable. Es que el tema de seguridad se transformó en una reyerta callejera.

Otras tres cosas también son obvias: I, que apenas queda tiempo – si es que queda – para actuar; II, que falta la verdadera voluntad de la izquierda extrema – incluyendo al Presidente – a buscar una solución real, por razones netamente ideológicas, y III, que sí existen formas de cooperación entre las distintas fuerzas para avanzar hacia la tan anhelada seguridad. Es cuestión de anteponer la voluntad a la ambición.

Tomo como ejemplo algo que existe hace muchos años en los Estados Unidos y se llama Guardia Nacional. Según la definición oficial se trata de “un elemento único del Ejército… que sirve tanto a la comunidad como al país… (y) responde ante emergencias domésticas, misiones de reconstrucción, misiones de combate en el extranjero, lucha contra las drogas,”…y mucho más. En pocas palabras, es una sección del ejército entrenado no solo para ir a la guerra sino a todo lo que la lista de arriba incluye. Claro que algo así no nace de un día al otro; se necesita un plan, – que se puede adquirir en el extranjero, p.e. en EE.UU. – y muchos uniformados voluntarios, a las y los que se debe entrenar e incentivar en diferentes formas. Ah, y ante todo, una ley. Según mi modesta opinión, esta es la mejor y más abordable solución, que además no se opone a ninguna ideología política.

Es indudable que el uso de fuerza letal siempre, sin excepción, cobra víctimas inocentes, lo que afecta a lo que llamamos DD.HH. Pero también es verdad que hoy día mueren o quedan heridos cada vez más inocentes, simplemente baleados o acuchillados en la calle por la falta de control de la delincuencia. El temor ya cercano al terror que nos afecta, de lo que te puede pasar esta noche a ti o a mí, ¿acaso no ataca a nuestros DD.HH.? ¿Acaso las víctimas de hoy no justifican un uso de fuerza legal, algo que haga temer a los infractores de ley? Es muy linda la idea que más vale liberar a cien culpables que apresar a un inocente; pero pucha, ya hay centenares de miles de culpables en la calle, mucho más que entre rejas, donde habrá alguno o ningún inocente. La tolerancia cero no significa estar matando gente en la esquina sin ton ni son; se trata de una eficiente y suficiente preparación para apuntar al mal cuidando al tiempo el bien, a nosotros, los simples ciudadanos.

Para empezar, debemos tener un servicio de inteligencia no acorde sino superior al tamaño de la criminalidad. No soy el único que opina que el existente no solo es enclenque sino que es influenciado ideológicamente y quizás hasta “chivado” por aquellos que quieren transformar a Chile en una narco-dictadura a la pinta de ya sabemos qué países. Y me refiero a las/los que no solo defienden, sino justifican los regímenes de los que hablo y, al mismo tiempo, se pintan de paladines de los DD.HH.

Para resumir, debemos construir YA una fuerza que, apoyando a las de orden y bajo la conducción de ellas, sea capaz de intervenir como relámpago donde y cuando sea menester, ya se trate de crimen organizado, de narco o de terrorismo, que son las tres patas más visibles de lo que hoy nos impiden caminar tranquilos en la noche y, en cada vez más lugares, hasta de día; combatir la inseguridad que impide el desarrollo, la vida tranquila, la paz.

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