Si cuando niño no fuiste cubierto por pepinos, tomates e incluso rodajas de papa después de pasar una tarde al sol, seguramente no naciste en este planeta.
Estos “remedios caseros” para la insolación se transmitieron de generación en generación por nuestros padres y abuelos, pero no existen datos concretos que comprueben su resultado.
La insolación se produce debido a una exposición excesiva a los rayos ultravioletas del sol. Las personas con más riesgos de sufrir estos síntomas son los niños y los ancianos, es por esto que es importante saber cómo reconocerla y prevenirla.
En este sentido, el dermatólogo de Clínica Vespucio, Cristián González, aseguró que “no tengo mayor información que los remedios caseros sean útiles. Lo más importante es poner compresas frías o también sumergirse en una tina con agua helada. Tomar analgésicos y en caso de que haya calofrío o fiebre, se debe consultar a algún médico o un servicio de urgencia. Pero lo primero que puede hacer una persona es disminuir la temperatura”. De pepinos y tomates, nada.
González recalca que el daño celular de la piel es acumulativo, lo cual va condicionado a una mayor propensión a desarrollar cáncer de piel. Estas son 5 recomendaciones para la prevención:
– Evite la exposición al sol durante las 11 de la mañana y las cuatro de la tarde.
– Aplique cantidades generosas de protector solar con factor de protección de al menos 30.
– Aplique protector solar 30 minutos antes de exponerse al sol y aplicarlo cada dos horas. Además, si la persona se sumerge en agua, una vez salido del agua volver a echarse.
– Usar ropa de algodón.
– Usar un buen sombrero.