Secciones
EMPREN-D

ERPyme: la herramienta gratuita que facilita la gestión de las pymes

La startup con sede en Temuco desarrolló un software destinado para pequeñas y medianas empresas puedan almacenar en línea la información histórica de ventas, clientes, proveedores, facturas e impuestos.

ERPyme
ERPyme

Con la promesa de implementar una plataforma gratuita de facturación y gestión simplificada en solo 60 segundos, ERPyme busca facilitar el trabajo de las pymes de forma sencilla y gratuita.

La startup con sede en Temuco desarrolló un software destinado para que pequeñas y medianas empresas puedan almacenar en línea la información histórica de ventas, clientes, proveedores, facturas e impuestos, a través de su integración con el Servicio de Impuestos Internos (SII).

Además del software, la empresa entrega capacitación, entrenamiento y soporte para que las pymes puedan digitalizarse.

Cristian Sauterel, cofundador y CEO ERPyme, explica que esta herramienta busca ayudar a otros emprendimiento eliminando las barreras económicas, técnicas y de conocimiento, entregando a los clientes apoyos en materias de software, factura electrónica, IVA y mercado electrónico, entre otras.

Dentro de los beneficios de la plataforma se encuentra la comunidad interna, donde las pymes se ayudan entre ellas, resuelven dudas y generan negocios.

“La base de ERPyme es su carácter colaborativo”, explica Sauterel, permitiendo que las pymes que parten con la versión gratuita vayan cambiándose a los planes de pago a medida que van creciendo.

De acuerdo a ERPyme, para el 90% de los clientes de esta startup, este es su primer software de gestión. Agregan que actualmente cuentan con más de 2.500 clientes en todo Chile y uno de cada cuatro se pasa a una cuenta pagada.







Bergoglio y la cruz
Opinión
10:27

Bergoglio y la cruz

Los años de jesuita castigador, de jesuita disciplinador, construyeron ese carácter resistente, duro, pero al mismo tiempo luchador, recio, que fue su marca de fábrica. Los zapatos sencillos, las habitaciones de hotel sin estrellas, los ejercicios de humildad que venían acompañados de su nombre —Francisco, el santo que se hizo pobre a sí mismo— no fueron más que una necesaria operación de marketing.

Rafael Gumucio