Proteger a los que un día cuidaron de nosotros
Hoy los mayores de 75 años están siendo protegidos del virus, pero no de problemas que se arrastran desde antes de su llegada. Hay muchas lecciones que debemos aprender de esta pandemia.
Francisco Lozano, Gonzalo Castillo y Camilo Carrasco es Gerente de Innovación de ARAUCO; director ejecutivo de Procorp; y director ejecutivo de Fundación AcercaRedes, respectivamente.
A la hora de hablar de las extensas cuarentenas que ha anunciado el Gobierno en diversas zonas del país, es imposible hacerlo sin considerar a los adultos mayores como uno de los grupos más afectados.
Según el Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA), hay poco más de un millón de personas sobre los 75 años afectadas por la medida. Sin embargo, la cifra que más inquieta es que – de acuerdo al último reporte del Observatorio del Envejecimiento UC y Confuturo – cerca de 460 mil de estas personas viven solas en el país.
Una realidad compleja si consideramos que a fines de marzo el Gobierno informó que los mayores de 80 debían cumplir cuarentena obligatoria en su domicilio ya que, en ese momento, el 25% de los fallecidos formaba parte de este grupo. Un mes y medio después, la edad de cuarentena obligatoria bajó a los 75 años y, pese a que esta semana se anunciaron nuevas medidas que flexibilizan las cuarentenas de los mayores, seguimos preguntándonos: ¿quién los ayuda con las compras o el cobro de pensiones en este tipo de circunstancias? ¿quién los acompaña en sus visitas al médico o a retirar medicamentos?
La falta de apoyo a los adultos mayores – así como a muchos otros grupos que no han sido prioridad a la hora de crear políticas públicas y que ante la pandemia han visto como se intensifican sus necesidades – siempre ha existido. Sin embargo, la pandemia ha puesto sobre la mesa la importancia de desarrollar iniciativas de largo plazo que aporten a que los grupos más vulnerables tengan una mejor calidad de vida. Desde nuestro punto de vista y experiencia, para que esto funcione es necesario contar con el apoyo transversal del sector público, privado y también de los miembros de la comunidad. Hacer efectivo el tan mencionado “trabajo colaborativo”.
Clara muestra de nuestra convicción es VOYxTI, una innovación social colaborativa que estamos desarrollando en Lanco bajo estrictas medidas de seguridad y prevención para construir vínculos entre jóvenes voluntarios y adultos mayores. Y, en un mes desde su puesta en marcha, hemos podido corroborar la falta de apoyo que tienen estas personas y la urgencia que existe por amplificar iniciativas de este tipo, que no sólo resuelven necesidades domésticas como el pago de cuentas, retiro de medicamentos, compra de insumos básicos y asistencia en trámites, sino que también le entrega a muchos la compañía que hace años no han recibido.
Hoy los mayores de 75 años están siendo protegidos del virus, pero no de problemas que se arrastran desde antes de su llegada. Hay muchas lecciones que debemos aprender de esta pandemia y esperamos que este proyecto colaborativo de innovación social sea el punto de partida para proteger a quienes un día cuidaron de nosotros.