La violencia en el trabajo de cuidado, un problema común
Solo visibilizando la violencia contra los cuidadores en Chile, se puede comenzar a tomar medidas para abordarlo desde un enfoque integral, que asegure la promoción de condiciones laborales dignas y las implicancias que tienen en la calidad del cuidado que ofrecemos a la niñez en nuestro país.
MICARE es Instituto Milenio para la Investigación del Cuidado
Magdalena Calderon Orellana, Trabajo Social UC
e investigadora del Instituto Milenio para la Investigación del Cuidado, MICARE.
Daniela Díaz, Trabajo Social UST.
Noviembre es el mes de los Cuidados y Apoyos, un espacio de conmemoración que nos llama a la reflexión sobre las vivencias de quienes se encuentran en necesidad de ciertos cuidados, pero también de las personas que entregan estos cuidados día a día. En este contexto, hoy más que nunca es importante reflexionar sobre la violencia que viven las cuidadoras y cuidadores de personas, particularmente quienes cuidan formalmente a niños, niñas y adolescentes bajo el sistema de protección especializada. Este problema afecta a millones de personas en todo el mundo, pero sigue siendo invisible para muchos.
La violencia contra cuidadores puede manifestarse de diversas formas, incluyendo agresión física, verbal y psicológica. También puede incluir amenazas, intimidación y acoso. Esta violencia trae graves consecuencias para la salud física y mental de los cuidadores, así como para la calidad de los cuidados que brindan.
Pese a la gravedad de este problema, la violencia contra los trabajadores de cuidado en Chile sigue siendo invisible producto, no solo de la falta de conciencia sobre el tema, sino que también debido a la normalización de la violencia en el lugar de trabajo y la falta de mecanismos efectivos para denunciar y abordar estos incidentes.
El estudio “Diseño de un modelo de prevención de la violencia en el trabajo en servicios sociales que trabajan con niños, niñas y adolescentes.” financiado por MUTUAL en el marco del concurso de investigación desarrollado por SUSESO, evidenció que 8 de cada 10 cuidadores de niños, niñas y adolescentes en residencias habían sufrido agresiones por parte de quienes cuidan, principalmente gritos, amenazas y daños a las instalaciones. Tales niveles de violencia generarían estrés, depresión, angustia, afectando la satisfacción con el trabajo, la motivación, provocando ausentismo y por cierto afectando negativamente el servicio que reciben niños, niñas y adolescentes.
Es necesario tomar medidas para prevenir y abordar esta situación, siendo el primer paso hablar y entender que es un problema de personas, organizaciones y Estado. Solo visibilizando la violencia contra los cuidadores en Chile, se puede comenzar a tomar medidas para abordarlo desde un enfoque integral, que asegure la promoción de condiciones laborales dignas y las implicancias que tienen en la calidad del cuidado que ofrecemos a la niñez en nuestro país.