Simce de Inglés: Cómo mejorar el nivel del estudiantado en Chile
Aplicar una evaluación para medir el nivel de inglés es una acción muy necesaria siempre y cuando esta tenga como objetivo obtener información que permita tomar decisiones basadas en la evidencia y concordantemente diseñar e implementar acciones de mejora. Lamentablemente, esto no es siempre así.
Carmen Cecilia Montes es Directora de Pedagogía en Inglés UDP
El Ministerio de Educación (Mineduc) ha anunciado que a partir del 2026 se aplicará por primera vez el SIMCE de inglés a nivel nacional a una muestra representativa de estudiantes de 8° Básico.
Tal como fue declarado por Mineduc, esta evaluación busca abordar la preocupación creciente por el bajo dominio del idioma de las y los jóvenes chilenos. Cabe recordar que el nivel esperado de manejo del inglés en III Medio se estableció en intermedio (B1 del Marco Común Europeo) y a partir del año 2017 se aplicaron evaluaciones para medir este logro. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos puestos en este sentido, la Agencia de la Calidad en un estudio reciente reveló que un 68% de los estudiantes de III Medio se encuentra en el nivel básico de inglés (A1).
Aplicar una evaluación para medir el nivel de inglés es una acción muy necesaria siempre y cuando esta tenga como objetivo obtener información que permita tomar decisiones basadas en la evidencia y concordantemente diseñar e implementar acciones de mejora. Lamentablemente, esto no es siempre así. La tendencia es usar estos resultados para competir entre instituciones, centrar la enseñanza del idioma en preparar al estudiantado para esta prueba y/o evaluar el desempeño de los y las docentes de inglés generando un nivel de presión alto en su labor, entre otros.
Es importante señalar que de usarse esta evaluación como un instrumento que nos proporciona información para la mejora, como se menciona anteriormente, sería muy útil. No obstante, la información recogida con esta prueba reúne solo datos referidos a los aprendizajes logrados, pero hay otros factores tanto o más relevantes que los resultados del SIMCE que necesitamos considerar para diseñar e implementar un plan de acción que permita mejorar el nivel de inglés del estudiantado del país.
Debemos atender principalmente a las condiciones y recursos para el aprendizaje de este idioma extranjero. Factores relativos al diseño curricular son muy necesarias de cuidar. Entre estos se pueden señalar los siguientes: el número de horas semanales destinadas a esta asignatura, la distribución de estas horas en los días de la semana favoreciendo una hora por día, los enfoques y las estrategias de enseñanza centradas en el desarrollo de las cuatro habilidades comunicativas integradas y contextualizada tanto en el grupo de estudiantes como en las diferencias individuales, entre otras.
Todo lo anterior es, sin duda, relevante, pero lo crucial es el cuidado y la preparación del recurso humano: las y los profesores de inglés. Se distinguen múltiples desafíos profesionales para estos docentes en ejercicio, entre ellos la enseñanza del idioma para educación básica, métodos de enseñanza centrados en la comunicación, implementación de experiencias contextualizadas y diversificadas, el diseño de estrategias y acciones pedagógicas inclusivas, nivel de inglés avanzado (C1) y mucho más. Todo esto requiere tanto de capacitación como de planificación cooperativa y colaborativa entre docentes.
Si tomamos estos desafíos con seriedad es condición sine qua non ofrecer capacitación de calidad en los múltiples ámbitos mencionados y oportunidades de trabajo comunitario entre docentes, y para ambos el otorgar los tiempos para ello es imprescindible si queremos mejorar el nivel de inglés de los y las chilenas.